Los comerciantes mariñanos se habitúan con resignación y preocupación de las restricciones

Las nuevas medidas frustran las esperanzas de un 2021 más favorable y algunos temen por el tejido empresarial local
Calle Reynante de Ribadeo, una de las más comerciales de la localidad. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Calle Reynante de Ribadeo, una de las más comerciales de la localidad. JOSÉ Mª ÁLVEZ

Resignación y preocupación son los dos términos que mejor definen el estado de ánimo en el que se encuentran los comerciantes y autónomos de A Mariña. El cierre total de la hostelería, salvo encargos para llevar, y las nuevas restricciones impuestas por la Xunta a los comercios hasta, al menos, el 17 de febrero, han supuesto un auténtico jarro de agua fría para ellos.

"Estas limitacións rompen coa ilusión de empezar ben o 2021, xa que agora o primeiro trimestre ímolo deixar a cero. Dentro do malo, o positivo é que febreiro é un dos meses máis malos para o comercio, xa que fai de ponte entre as rebaixas e o inicio da campaña de primavera", apunta José Carlos Paleo, presidente del Centro Comercial Aberto de Foz y de la Federación de Comercio de A Mariña.

En otras localidades como Viveiro o Burela simplemente llueve sobre mojado: "Para nós é máis do mesmo. Pouco podemos dicir porque en Viveiro levamos moito con isto", señala Isabel Méndez, gerente del Centro Comercial Histórico. En la ciudad del Landro ya estaban con limitaciones importantes desde finales del pasado año y ya habían sufrido el cierre total de la hostelería durante el mes de noviembre.

De ese parón de noviembre todavía se estaban recuperando en el caso de Burela. "Con estas novas medidas notouse aínda moito máis o baixón de xente, pero esta tendencia xa viña un pouco de antes. A hostalería está pechada, a xente non ten onde ir cos nenos e como saben que a partir das seis da tarde está practicamente todo pechado é moi probable que prefiran quedar na casa. Os nenos non poden xogar xuntos nos parques, se vas pasear telo que facer de un en un... É unha situación moi complicada", concluye Miguel Flórez, presidente de los comerciantes bureleses.

ADAPTACIÓN. En cambio, en otros lugares están todavía adaptándose a esta nueva situación. Es el caso de A Pontenova, que sufre por primera vez desde el desconfinamiento limitaciones especiales, ya que este municipio se había librado incluso del cierre perimetral de la comarca en julio. "Esperamos que estas tres semanas pasen o máis rápido posible e poder logo volver un pouco á normalidade e organizar algunha campaña", señala José Luis Balseiro, presidente de la Asociación de Comerciantes da Pontenova, que en su mes y medio de vida solo ha podido desarrollar la campaña de Navidad.

Entretanto, en Mondoñedo también comienzan a percibir las consecuencias derivadas del cierre de la hostelería y la limitación horaria de los comercios que no han sido considerados esenciales. "Ter a hostalería pechada todo o día é un problema bastante importante. Nótase moito nas rúas porque non se ve movemento ningún. A xente sae tomar o café e logo comprar, pero así nin case saen da casa", lamenta Ángel Marful, presidente de la Acia de la ciudad episcopal.

En una situación similar se encuentran en Ribadeo, que se ha librado desde julio de medidas especiales, pero que sufre con el cierre perimetral de Asturias, una situación que para algunos significa incluso perder la mitad de su clientela. "Son tiempos de nuevo difíciles, en los que nos toca ser a nosotros los sacrificados en pro de la salud. Hemos ido sufriendo nuevas restricciones durante todo el año, además del confinamiento del año pasado. Sin no poco sufrimiento hemos llegado hasta aquí, hemos resistido y, aunque será muy duro, ahora lo volveremos a hacer y saldremos adelante", señala esperanzado Francisco Iriarte Quintana, presidente de Acisa Ribadeo.

Iriarte pide un esfuerzo extra a sus colegas. "Sé que nos quedan pocas fuerzas, pocos ahorros de los que tirar, pero aguantemos, resistamos, no nos rindamos, la solución puede estar cerca. Las vacunas están ahí, así que ahora toca no flaquear en el último tramo", afirma.

El ribadense apela a la responsabilidad ciudadana: «Queremos volver a abrir las puertas cuanto antes, a trabajar y a atenderos. Queremos hacerlo porque nos gusta, nos dedicamos a ello y, sobre todo, vivimos de ello. Por eso le pedimos a la ciudadanía que sea especialmente escrupulosa y rigurosa con las normas».

DAÑO IRREPARABLE. Si las restricciones se alargan demasiado en el tiempo, considera que el comercio local puede sufrir mucho. "Si somos responsables podemos volver a tener todo abierto en tres semanas, pero si no aparte del daño a la vida y a la salud de la gente que se contagie estaremos dañando irreparablemente la economía local de Ribadeo, haciendo morir también a muchas empresas y eliminando muchos puestos de trabajo», sentencia. Iriarte aguarda que sus vecinos sigan apostando por el comercio local: «Al menos nuestras tiendas siguen abiertas, así que sigamos apoyando al comercio local como lo estuvimos haciendo estos meses. Aquí tenemos casi de todo, no necesitamos que nos traigan nada de fuera y, aún con mascarilla, es más expresiva la sonrisa de una persona que la de una caja".

GASTO DIFERENTE. Asimismo, el focense José Carlos Paleo también confía en que el dinero que muchos iban a gastar en el Carnaval, ahora lo inviertan en otros menesteres y redunde en la economía local y comarcal. "Creo que haberá xente que reinvestirá ese gasto que tiña previsto para o Entroido no fogar, en compras no comercio ou noutros fins que teña. Neste momento hai moita xente mellorando as condicións das súas vivendas e digamos que agora estase gastando noutras cousas", concluye.

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