El cierre de Valdeflores apena a los vivarienses, que esperan que reabra

Desde la asociación de vecinos del barrio aguardan "un milagro" y también algunos directivos de la cofradía local albergan ciertas esperanzas, aunque la Orden de Predicadores dominica les trasladó que actualmente no las había

Convento de Valdeflores. J.M. ÁLVEZ
photo_camera Convento de Valdeflores. J.M. ÁLVEZ

El probable cierre definitivo del monasterio dominico tras seis siglos de trayectoria ha causado un gran pesar en Viveiro, sobre todo entre sus más cercanos, como la cofradía de Valdeflores o los vecinos de Xunqueira, colectivos que transmiten su "desolación" pero en los que todavía hay gente esperanzada en que el convento reabra. "El vecindario está esperando que surja un milagro y vuelva a reabrir, porque es una gran pena", señala la presidenta de la asociación de vecinos del barrio, Elisa López.

"Soy de Xunqueira, me crié al lado de las monjas porque mis padres viven al lado del convento y tanto para mí con 58 años como para mi madre que va a hacer los 80 es toda una vida a su lado", dice López, quien comenta que las monjas también eran socias de la asociación de vecinos que preside y que mantenían con ellas un contacto fluido. "Ya estaban en la asociación anterior y cuando fundamos la nuestra en el 2007 fueron las primeras en decir que contáramos con ellas como socias, eran unas vecinas más. Siempre estuvieron involucradas con el barrio en todo y colaboraban", recuerda la presidenta.

Obviamente al ser monjas de clausura no acudían a las excursiones o comidas "pero siempre estaban informadas" de la actualidad del colectivo y también transmitían necesidades de la zona. Por otro lado, además de a ellas mismas los vecinos también echan en falta sus dulces y todavía son algunas las personas que desconocen que el convento está cerrado desde el 18 de junio y acuden con la intención de hacer encargas, según observan en el barrio. "Se echará en falta sobre todo en Navidad, que tenían un turrón riquísimo, y yo echaré de menos las pastas", comenta.

El trato más cercano con las religiosas lo tenían los integrantes de la Cofradía de Valdeflores. Uno de sus directivos, José Luis Moar, considera "dramático" el cierre: "Ver esto para mí es terrorífico, una pena muy grande porque Valdeflores era parte del pueblo. Las campanas están mudas" y las monjas ya no cantarán en el coro en las festividades religiosas, lamenta.

A título personal Moar alberga cierta esperanza en que el convento reabra "aunque todos los indicadores son negativos", como le trasladó la dominica dirigente de la Orden que se reunió con la cofradía el pasado viernes. "Le dije que nos diera un rayo de esperanza pero dijo que en este momento no lo podía dar y que otros monasterios con una historia semejante al de Viveiro están cerrando porque no hay religiosa", confiesa.

La cofradía celebra este viernes otra reunión en la que abordarán la nueva situación, ya que ahora deberán asumir gastos de luz o agua de la vicaría, entre otras tareas. También hablarán de la situación del edificio y trasladarán a la Orden de Predicadores ideas como convertirlo en museo de arte sacro interparroquial. "El monasterio ahora está bien, pero si no hay mantenimiento se empieza por una gotera y al final se transforma en una ruina muy costosa de arreglar", indica.

La Xunta de Cofradías de Viveiro traslada su pesar y ve con agrado la idea de crear un museo de arte sacro interparroquial

Desde la Xunta de Cofradías de Viveiro también muestran su pesar por el cierre del monasterio. "Creo que para todos los vecinos de Viveiro y me involucro en primer término es una gran pérdida que el convento cierre, es algo emblemático de nuestra ciudad y donde está asentada la virgen de Valdeflores, con la devoción mariana que le tiene la gente de Viveiro por aparecer en esas tierras", dice la portavoz de la entidad, María del Carmen López, Chipe, que también destaca la labor de las monjas en la preservación de esa devoción.

Desde las cofradías vivarienses esperan que la Orden no lo cierre para siempre, pero en caso de que no sea así ven con agrado la propuesta de la cofradía de Valdeflores para crear en el inmueble un museo de arte sacro: "Me parece una buena iniciativa porque en Viveiro hay una gran riqueza religiosa sacra y pienso que podría ser un sitio muy adecuado porque tiene unas dependencias propicias para hacerlo", apunta.

En la ciudad
Otras dos órdenes con 23 religiosas

 
En Viveiro hay otras dos comunidades de monjas, las Concepcionistas Franciscanas que están en el convento de la Praza de Santa María y las Hermanitas de los Ancianos Desamparados que gestionan el asilo Betania. Entre las dos suman 23 religiosas.


Mayores y enfermas
En las Concepcionistas son 12 monjas, pero la mayoría están mayores y enfermas, y son unas cuatro las que mantienen el convento. En Betania hay 11 religiosas.

Comentarios