Los temporales de lluvia de las últimas semanas provocaron desprendimientos y socavones en el acceso a las pasarelas de O Fuciño do Porco, convirtiendo la entrada al paraje natural en un riesgo para los múltiples visitantes que recibe durante todo el año, sobre todo durante los fines de semana. La peligrosidad de la entrada provocó que el alcalde, Jesús Novo, contactase con representantes de Puertos del Estado, a fin de que desde la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao envíen técnicos que examinen el acantilado y determinen los trabajos a realizar, pero además desde el Concello optaron por prohibir el acceso hasta que se repongan las condiciones para poder hacerlo con seguridad.
El regidor vicedense ordenó al alguacil municipal que pasase por la zona, donde colocó unas vallas y unas cintas para prohibir el paso, debido a que "a escaleira cedeu e así pode ser un perigo subirse a ela. También foi velo un responsable da empresa Carferlo, que foi a que fixo as obras. Hai que amañalo porque así non está seguro o acceso á escaleira", subraya Novo.
La señalización evita responsabilidades para el Concello en caso de que los visitantes se salten las indicaciones y sufran algún percance a causa de ello. Sin embargo, hay visitantes que, como ya ocurrió la vez anterior, se internan en el sendero hasta al menos la atalaya desde donde se ve el promontorio y otros incluso se aventuran a subir la escalera y recorrer las pasarelas hasta la baliza.
Garantizar la seguridad de los visitantes y mantener un entorno tan frágil geológicamente, como es cualquier acantilado, será el fin de las actuaciones que se definirán por parte de los técnicos.
Evitar los desprendimientos que con carácter periódico se producen en el acantilado no parece una tarea sencilla, toda vez que las frecuentes precipitaciones del invierno contribuyen a reblandecer un terreno de por si vulnerable ante las adversas condiciones meteorológicas de lluvia y viento. Los desplomes se suceden todos los inviernos por la inconsistencia del talud. En el margen derecho bajando se aprecia un desprendimiento de los últimos días.
El acceso a la también conocida como Punta Socastro se restringió también en marzo de 2021 debido a unos desprendimientos que afectaron a la zona que ahora volvió a dañar el agua. Entonces variaron algo la ubicación de la escalera y el propio sendero hacia la izquierda, pero la acumulación de lluvia originó nuevos socavones. La Autoridad Portuaria y el Concello vicedense contrataron entonces obras de mantenimiento para garantizar la seguridad, que está otra vez comprometida.
Vecinos de la zona comunicaron a este periódico en días pasados el deterioro del acantilado, de un tramo del sendero, con agujeros de más de un metro de profundidad, e incluso la inestabilidad del primer tramo de escalera que permite acceder a las pasarelas, que terminó torcida y suelta en algún punto al ceder el terreno a causa de las filtraciones de la lluvia. Un residente indicaba la necesidad de crear unos drenajes para que el agua no forme bolsas que terminen reventando y se lleven consigo parte del terreno que soporta el área habilitada como sendero.
