La burelesa Laura Pernas finaliza el BAC con un 10 en todas las asignaturas

Su idea es estudiar Medicina, pero no descarta Matemáticas o Ciencias Políticas

La burelesa Laura Pernas acaba de terminar segundo de BAC con una nota media de 10; los mismos dos dígitos que ha logrado en todas las asignaturas de los dos cursos de Bachillerato, que estudió en el IES Perdouro, donde siete de sus 35 alumnos de último curso han superado la barrera de 9 de media.

Generated by  IJG JPEG LibraryEn el top está Laura, muy orgullosa con su Matrícula de Honor, que suma a un brillante currículum musical, que incluye el grado profesional de violín y piano y el elemental en flauta. Una dedicación que no le impide poder disfrutar de la vida como cualquier joven de su edad, aunque estos días las salidas se limitan a un rato los sábados y tarde libre el viernes, pues está volcada en preparar la Abau.

Es el último paso para su acceso a la universidad, donde la joven quiere cursar Medicina, su principal opción, aunque también baraja Matemáticas e incluso Ciencias Políticas: "Sé que son cosas muy distintas, pero en mi casa siempre se habló de política y no es una carrera que me disguste, pero casi seguro que apueste por Medicina", cuenta. Una carrera que previsiblemente hará en Santiago a pesar de que "barajé otras universidades, pero al final me pareció más cómodo estar cerca, porque son seis años y yo soy mucho de estar en casa", cuenta la joven burelesa, que es hija única, por lo que reconoce entre risas que su marcha tiene a su madre «atacada».

METÓDICA. Laura es una persona muy responsable y metódica, tanto que el pasado año hasta se apuntó al gimnasio para mejorar su rendimiento en Educación Física. "Es de las asignaturas que peor se me dan, así que me apunté para mejorar e hice todos los trabajos y al final conseguí el 10", relata desde su casa de Burela, tras una merecida pausa tras la comida, que llega después de una intensa mañana de estudio.

Y es que "la organización lo es todo", asegura la joven burelesa, que sobre el escritorio de su mesa tiene el horario de sus rutinas de estudio para la Selectividad que se avecina. "Empiezo a las siete porque yo rindo mejor por la mañana y voy parando a ratos hasta que, de once a doce y media, me pongo a hacer un examen de Mates, que me distrae. Después de comer descanso y sigo un rato por la tarde, pero ya más ligero", cuenta con su perrita Tara en brazos, que la acompaña buena parte de sus horas de estudio.

Una programación en el que quedan libre los viernes por la tarde y los sábados, en que suele salir a cenar fuera, pero a las once de vuelta, que estos días es imposible trasnochar.

A pesar de sus calificaciones, Laura reconoce que se pone nerviosa antes de cada examen, pues "es algo que no puedo evitar aunque siempre los llevo bien" y reconoce que hacer más tarde la Abau -del 7 al 10 de julio- tiene sus pros y sus contras: "Por una parte es verdad que tienes más tiempo para reforzar los contenidos, pues en el último trimestre no hemos tenido clases presenciales, pero por otra también supone más tensión y al alargar la fecha, acabas más cansada", asevera.

Un encierro de estudiante al que suma al que tuvo que vivir de manera forzosa por la pandemia, una cuarentena a la que como todo en esta vida trata de sacar partido. "Lo peor fue la incertidumbre, sobre todo al principio, porque no sabíamos si iba a haber exámenes finales o cómo serían los modelos de la Abau, pero me quedo con lo bueno, que me ayudó a organizarme con unas rutinas que me vienen muy bien ahora", reconoce.

MÚSICA Y COCINA. Un confinamiento en el que a las videollamadas diarias con sus abuelos, "que lo pasaron solos", alternó el tiempo de ocio con la música y la cocina, "sobre todo haciendo repostería y pizzas" y sin faltar a las citas con vídeos online con sus compañeros del conservatorio de Viveiro, donde este año acudió además a orquesta y a coro.

El fin de la cuarentena -recuerda con una gran sonrisa "lo maravilloso que fue el primer día que nos dejaron salir"- le permitió reencontrarse con sus amigos y compañeros de instituto, con los que aún tiene pendiente la tradicional cena de fin de curso. "No la hemos anulado, la hemos pospuesto para cuando se pueda hacer", explica Laura, quien no se olvida de agradecer a sus profesores "todo lo que me han enseñado" y los buenos momentos que ha pasado con sus amigos, ya que "no todo ha sido estudio y ha habido muchos momentos de diversión", que confía en que sean muchos más este verano, en el que espera sacarse el carné y al que llega con una media melena por encima de los hombros. "Lo tenía muy largo, lo corté y lo doné", explica la joven.

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