A Mariña ya era un polo fundamental para el pescado fresco español pero ahora, con el cierre de fronteras y la restricción de vuelos en los que llegaban las importaciones, lo es todavía más. Garantizar por mar desde la costa lucense ese abastecimiento alimentario es una tarea que implica a más de 2.000 personas, entre tripulantes, lonjas, comercializadores y transportistas que deben adaptarse a las restricciones a que obliga la alerta sanitaria de coronavirus, por la calidad y seguridad del producto y por su propia salud en el trabajo. Se imponen los turnos, el distanciamiento, el teletrabajo y la protección a bordo.
→ El mayor aislamiento del mar
Este martes el pincheiro francés Mar de Flores, de armador asturiano, patrón burelés y venta habitual en Burela embarcaba los últimos suministros para salir de campaña hacia Gran Sol. Entre ellos, toallitas, pañuelos, guantes, mascarillas y desinfectantes con los que garantizar la salud de los tripulantes.
Acababan de pasar el curso anual de prevención de riesgos, antes de zarpar y el patrón, Carlos Basanta Fernández, supervisaba todavía en el muelle todas las recomendaciones operativas y protocolos para evitar contagios de coronavirus o actuar en caso de surgir uno a bordo.
Si nadie está afectado por el Covid-19, el barco es un espacio que ofrece un gran aislamiento y debe mantenerse así el mayor tiempo posible, alargando las mareas todo lo que se pueda, según recomiendan ahora y traslada la organización de productores pesqueros a la flota de altura, "si no hay capturas suficientes, se recomienda no regresar a puerto y permanecer en el mar hasta completar la marea".
Para los barcos de la flota del día (arrastre litoral, cerco y artes menores), se recomienda extremar las medidas de higiene y que los tripulantes sigan las instrucciones para conservar la salud.
Carlos Basanta: "O peixe fallou e é pequeno, pero subiu de prezo. Fixemos o curso de prevención de riscos e iremos por aí arriba a ver"
→ ¿Y si hay un positivo a bordo?
Para minimizar riesgos, el proceder sobre higiene personal y distancias son las mismas que en tierra pero la colaboración debe extremarse para tratar de alejarse más de 1,5 metros si la actividad a bordo lo permite y establecer turnos también en comedores o áreas de descanso.
Si se sospecha de un caso de coronavirus en la tripulación se debe confinar en el camarote, colocar mascarilla y contactar con el centro radiomédico. Un único compañero bien protegido lo asistirá, también la para la comida y limpieza pero en general, esta deberá aumentar su frecuencia también en instalaciones comunes, de tránsito y uso personal en el barco.
→ 400.000 kilos de merluza de Gran Sol descargados cada semana
→ Exportadores y transporte superan los 400 empleados.
→ Burela y Celeiro juntos lideran el suministro de pescado fresco.
→ Mínimo contacto en las lonjas
Los turnos y la restricción de acceso también serán el pan de cada día en el interior de las lonjas. Se acabaron las visitas y la mezcla de compradores y manipuladores. A las subastas, con guantes y mascarillas, solo entran compradores manteniendo las distancias y el resto del personal debe esperar en sus almacenes y otras áreas, según explica Eduardo Míguez, adjunto a la dirección de Puerto de Celeiro, que habla de una radical implantación del teletrabajo para el resto: "Hay una o dos personas solo en oficinas para seguridad social, contabilidad y facturación; y por turnos, el resto desde casa".
Miguel Neira, gerente de Absa, habla de medidas similares y una intensificación del uso del teléfono y el correo electrónico puesto que "é unha situación nova, complicada onde o sector pesqueiro cobra protagonismo e esixe un compromiso de todos para que o peixe chegue aos puntos de venda, garantizando a seguridade das persoas".
Y es que A Mariña ocupa a más de 1.200 marineros (solo Celeiro tiene ya 30 barcos de Gran Sol), entre las lonjas superan otro centenar de empleos y hay 400 exportadores y transportistas operando desde la comarca. Si se suman los más de cien empleos de Pescados Rubén desde Fazouro (a la expectativa con la campaña de la xarda), los de Frigomar u Orol, la cadena pesquera es larga.
Eduardo Míguez: "No entra nada de fuera y al no haber importaciones los precios suben. Al final, la pesca nacional es la que sostiene"
→ ¿Qué evolución se prevé?
El resultado de la cuarentena puede variar todo de un día para otro. Desde algunos puertos vaticinan un desastre para la pesca, con menos dinero e los bolsillos y menor demanda pero desde A Mariña se ve muy distinta perspectiva para la merluza, que prácticamente ha doblado su precio estos días en las pescaderías mariñanas o en las del barrio de Salamanca en Madrid, que para las gambas de Huelva o los besugos y otros pescados de la bajura.
Los gransoleros vendrán aunque solo sea con rabo de peixe (el pequeño). La incipiente costera de la caballa sí es inaplazable y tanto su logística como los mercados pueden verse afectados por las medidas de aislamiento. A Burela ya llegan descargas de arrastreros y Neira prefiere ser optimista.
Jesús Pita, marinero: "Nosotros ya estamos habituados a trabajar aislados y ahora con esto en tierra también hay que moverse con precaución"
Alargar mareas
Conviene al sector alargar las mareas todo lo que se pueda si la seguridad en el mar lo permite. Los patrones deben velar por la autoprotección.
37 grados
Aparte de la desinfección de todo el barco el día de salida de puerto, para los barcos de altura se recomienda que antes del embarque debe controlarse, por persona bien protegida con guantes desechables, mascarilla y gafas la temperatura de cada tripulante . Di supera los 37 grados debe restringirse, dice el sector.
