Los cañones que se encuentran hundidos frente a la playa de Arnao serían una parte de un parque subacuático, el primero que se crearía en todo el Cantábrico, que se estaba impulsando desde la Federación Española de Actividades Subacuáticas y desde la Federación de Actividades Subacuáticas del Principado de Asturias pero que se ralentizó a consecuencia de la pandemia.
Esta iniciativa estaba liderada por el arqueólogo Antón López, quien indicó que la documentación necesaria la tenían ya muy avanzada.
El origen de los cañones es una parte importante que se está investigando y sobre ello pudo haber arrojado algo de luz el ribadense Alberto Paraje, quien tal y como avanzó este miércoles este diario localizó un documento de 1856 con una acotación acerca del bergantín Palomo, que se hundiría junto a la Magdalena en Viveiro, apuntando que dicho barco se salvó justo allí liberando carga. Dichos cañones podrían ser parte de esa carga porque además no hay en esa zona ninguna embarcación que justifique el origen directo de esas piezas de artillería.
Sobre los cañones, el arqueólogo manifestó que narran la historia de una renovación tecnológica, "de la mayor fábrica de artillería a nivel mundial y de la lucha del hombre contra los elementos", como se refirió a ellos.
Al margen del proyecto del parque subacuático hay otras voces, en su mayor parte llegadas desde Galicia, que solicitan que esos hallazgos sean estudiados en superficie para que no queden solo al alcance de buceadores.
