Una de las empleadas de un bar que reabrió en el entorno del puerto focense este verano denunció este miércoles la "indefensión" ante la que dice encontrarse por la marcha de un día para otro del empresario que la contrató durante el verano y del que no ha cobrado nada del mes de agosto.
"Es un dinero que necesito para vivir y que me lo he ganado trabajando duro y ahora me encuentro con que no hay nadie a quien reclamarlo", relata Paola Gonçalves, quien asevera que presentó una denuncia en la Guardia Civil en un intento desesperado de que den con el hombre y pueda cobra un dinero que, asegura, le pertenece. "Tengo un bebé y necesito el dinero para hacer frente a muchos gastos, entre ellos para pagar a la cuidadora que se hizo cargo de la niña mientras yo estaba trabajando", relata.
La afectada reconoce sentirse traicionada, porque "cuando abrió salió en los periódicos porque es un sitio muy conocido de siempre y estuvimos trabajando muy bien estuvo siempre lleno y en las fiestas de San Lourenzo fue una auténtica locura, con lo que se hizo mucho dinero", asevera la mujer, quien sostiene que hay otras personas en su misma situación y lamenta que el hombre haya engañado a mucha gente que confiaba en él. "Venía por aquí mucha gente a tomar café porque sabían que lo había pasado mal y querían ayudarle, además de que es un sitio tradicional y que los vecinos estaban encantados con que pudiera estar abierto", relata.
El hombre también recibió la ayuda de la parroquia focense para tratar de salir de una complicada situación que le llevó a vivir en la calle y fue gracias a un programa de ayuda puesto en marcha por la iglesia, lo que le permitió usar un local para asearse, lavar la ropa y tomar algo de comida.
