Eran las 18.45 horas del 13 de abril cuando el Pescados Rubén Burela FS era equipo de Primera División y tenía el título de Liga en el bolsillo. El empate del Mengíbar en la cancha de ElPozo Murcia B daba el pasaporte a la elite a los de Juanma Marrube. Mientras los aficionados lo celebraban en la grada y los futbolistas en el banquillo, El Mariscal pedía calma a los suyos para que siguieran centrados en el partido. Pero era difícil.
Dos años después de descender, el conjunto naranja regresa a la élite por la puerta grande. Ha dominado la Segunda División de cabo a rabo, donde solo ha perdido un partido y se ha mostrado como un equipo sólido durante toda la campaña. El trabajo de Juanma Marrube y de una plantilla amplia, con calidad y físico, ha provocado que solo hubiera dos temporadas en el infierno de la Segunda División. Así, el conjunto mariñano volverá a tener a dos equipos en la élite la temporada que viene, el masculino y el femenino.
El partido comenzó con un dominio territorial del Pescados Rubén Burela FS. Los naranjas tenían el balón, pero no creaban excesivo peligro en los primeros minutos. Tampoco el Noia FS, que esperaba con una defensa en media pista a sorprender a la contra al conjunto local.
Los primeros que lo intentaron fueron Pope, Renato, cuyos disparos se fueron fuera, y Hélder, al que respondió Brais. Edu tuvo que actuar por primera vez en el minuto 4 a un disparo lejano del conjunto visitante.
El partido parecía encaminado al cero a cero, un resultado que daba el ascenso a los locales y sacaba del descenso a los visitantes. El hecho de que la primera falta, en un derbi irmandidño, fuera en el minuto 12, deja a las claras que la intensidad no era exagerada.
Luisma y Renato tuvieron dos ocasiones. Hélder la tuvo clara en un disparo que se le resbaló a Brais, pero que reaccionó a tiempo. La mejor ocasión naranja en la primera parte fue un lanzamiento de Lucho que sacó con la pierna derecha portero burelés Brais en una gran parada.
Hélder lo intentó de tacón como pívot en el minuto 14, y Edu tuvo la primera intervención de mérito en el minuto 16 a un tiro de Uri. Vargas puso en aprietos a Brais en una jugada ensayada en otra clara oportunidad.
JARRO DE AGUA FRÍA. Cuando el partido desfilaba hacia el descanso, un libre directo a 16 metros donde Palmas cedió a Pizarro se convirtió en el primer gol del partido. Un jarro de agua fría para la hinchada local.
El partido cambió en la segunda parte. Los naranjas salieron a por el partido desde el pitido inicial. A los pocos segundos, Renato anotó de volea tras un pase desde la esquina de Pope.
El Pescados Rubén Burela FS estaba envalentonado. Lo intentó Hélder a pase de Vergas. Pero poco después, el propio jugador caboverdiano enganchó un lanzamiento tras una saque de córner casi sin ángulo que se coló por la escuadra de Brais. Fue el mejor tanto del partido.
Tras una oportunidad para Matamoros, marcó Pizarro tras una jugada de estrategia del Noia a pase de Quílez en su saque de banda. Pero respondió rápido el Pescados Rubén Burela FS con un tanto de Matamoros con un lanzamiento con su zurda de oro que no pudo atajar Brais.
El partido era dominado por el conjunto local, pero marcó Quílez tras una recuperación y puso el 3-3. Poco después se conoció el empate del Mengíbar en Murcia, lo que provocaba la celebración en la grada y en el banquillo naranja del ascenso de categoría.
LA CHILENA DE MATA. Los últimos diez minutos fueron un monólogo del Burela FS. Oportunidades hubo para Iago Míguez, de tacón, pero sobre todo una chilena de Matamoros a pase de Renato que se fue al larguero.
Lucho y Luisma tuvieron las últimas ocasiones locales. El Pescados Rubén Burela FS decidió no atacar en la última posesión del partido, dado que el Noia también parecía conformarse con el empate. Congeló el balón y celebró el título y el ascenso.
