El boom de las bicis seca las tiendas

jose , dueño de la tienda de bicicletas de burela cerezo bikes- foto jm alvez
photo_camera José Cerezo, en su tienda de Burela. JOSÉ Mª ÁLVAREZ

SI USTED tiene la intención de comprar una bicicleta, ármese de paciencia. Apenas hay. Y este no es un problema de A Mariña, ni tan siquiera de Lugo o Galicia, es un problema a nivel nacional, incluso mundial. La época postconfinamiento provocada por la pandemia del covid-19 despertó un hambre voraz por este vehículo de dos ruedas que dejó a los productores sin stock, asombrados por una elevada demanda a la que no pudieron dar respuesta. Esta realidad se puede comprobar en cualquiera de las tiendas de ciclismo de la comarca. Apenas tienen bicicletas en tienda y si quieres pedir una por catálogo, la espera puede durar desde un mes a los cinco o seis. "No hay bicicletas en ningún lado", reconoce José Cerezo, propietario de Cerezo Bikes, en Burela, "las fábricas en Asia pararon cuatro meses por el covid y están teniendo problemas para producir, porque una bicicleta no es solo el cuadro son también los componentes".

Iguales sensaciones hay en Viveiro y en Burela. Marcos Vale, propietario de Viveiro Bikes, asegura que "si tuviera tres veces más bicicletas, tres veces más vendería". "Los fabricantes han vendido más de lo que esperaban y las tiendas también", asegura, "no hay componentes para montar las bicicletas y si te piden una tienes que dar un plazo de seis meses para poder servirla". Desde Pillabikes de Ribadeo María Jesús García indica que "después del confinamiento hubo un boom muy fuerte y ahora no hay bicicletas y recambios pocos". "Ahora colocas una bicicleta en el expositor y en tres días te la llevan", asegura y reconoce que hubo un momento en el que en la tienda "solo quedaban tres bicicletas" cuando lo normal es que pudieran tener una veintena. García entiende que la parada de las fábricas en Asia, cuando estuvieron confinados allí, es la causa de todo este problema de falta de excedente: "Incluso te vuelves loca buscando una cadena de nueve velocidades".

Pero el problema de falta de stock no queda reducido a las bicicletas. En este tipo de tiendas también hay venta de componentes o ropa de ciclismo, que también se ven afectados. Por poner un ejemplo, Shimano, que es el fabricante de componentes más importante del mundo, tiene problemas para servir a las tiendas.

TENDENCIA. ¿Qué es lo que ha pasado para que se produjese esta situación? Hubo mucha más demanda que oferta. Y esta demanda se produjo, entre otras cosas, porque la gente quería hacer deporte, pero no podía practicar disciplinas de equipo, como baloncesto, fútbol o fútbol sala que requieren de contacto con otras personas. Con los gimnasios cerrados afectados por la pandemia, una de las opciones que quedaba era el ciclismo. Y la venta de bicicletas se disparó en los meses del mayo y junio cuando se pudo salir a la calle de nuevo.

Las tiendas de la comarca comenzaron a tener una avalancha de clientes que demandaban bicicletas. La mayoría, básicas, primeros precios, porque era para gente que estaba empezando. "Las más vendidas son las que tienen un precio entre 600 y 1.000 euros, que son de las básicas de iniciación", indica Marcos Vale. Las bicicletas de niños han sido también de las más demandadas. Hacía años que no se veían pandillas de pequeños montando en bicicleta por las localidades mariñanas, y este verano sí se han vuelto a ver. Alejados de los deportes más mayoritarios, con muchas instalaciones cerradas, los niños se han decantado por la bicicleta como medio no solo para hacer deporte, sino como forma de movilidad y de estar con otros niños.

"La falta de actividades a nivel de equipo ha hecho que muchos niños se decanten por la bicicleta y en Viveiro se ven ahora pandillas de niños montando en bici", asegura Marcos Vale. En este sentido, José Cerezo considera que "el cierre de los gimnasios y el poder hacer este deporte sin mascarilla ha favorecido que la gente lo pruebe como una alternativa a los deportes de equipo". Una tendencia al alza que, sin embargo, para Marcos Vale será pasajera: "Algunos que han llegado a montar en bicicleta por esto seguro que se quedará, pero otros muchos, cuando acabe, volverán a sus disciplinas".

En Pillabikes de Ribadeo también notaron demanda de bicicletas eléctricas. "En julio vendimos dos para diciembre", explica María Jesús García, que indica que este tipo de bicicletas se venden muy bien entre los visitantes.

VENTAS PERDIDAS. Con esta rotura de stock, sin bicicletas que ofrecer a los clientes, las tiendas están perdiendo de vender, y esta es la parte negativa de todo este boom tan inesperado. Cada día entran aficionados a la bicicleta o gente que quiere iniciarse en esta práctica y los propietarios de las tiendas se ven obligados a tener que dar periodos de entrega muy largos, en la mayoría de las ocasiones. Incluso, a veces, no pueden dar ni fechas fijas de entrega, porque ni ellos mismos pueden saber cuándo las van a recibir. "Se vendió más estos días, pero también se ha dejado de vender mucho porque no tenemos mercancía", explica Cerezo, "ahora mismo la gente ya sabe que no hay bicicletas, aunque yo tengo la suerte de trabajar con Giant, que tiene algo más de stock que otras marcas", aunque a pesar de todo ya está dando plazos de entrega para "mayo de 2021". María Jesús García reconoce que en estos momentos están perdiendo de vender "porque la gente no quiere esperar". Una consecuencia de esta falta de excedente es que mucha gente recurre al mercado de segunda mano, que también está en alza.

La lectura positiva es que durante estos últimos cuatro meses las tiendas de bicicletas de A Mariña han vendido más que nunca. Incluso han podido duplicar la facturación con respecto a años anteriores, lo cual es un balón de oxígeno para el sector tras estar muchas semanas cerradas.

como transporte. Uno de los factores que ha influido en el boom de la compra de bicicletas no es solo como una manera de hacer deporte, sino también para la movilidad.

"Hay una demanda de bicicleta como vehículo porque es muy cómodo", asegura José Cerezo, "en España no se va a llegar a los niveles en los que está considerada en Holanda o Alemania, porque se requeriría mucha inversión, pero cada vez más gente la utiliza para ir al trabajo o hacer las compras porque no gasta en combustible y porque es muy fácil de aparcar o dejar en cualquier sitio sin problema", concluye.

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