El bonito en conserva es un regalo valioso

El mercado estival de los veraneantes para este producto de calidad se recuperó este año tras la caída que causó la pandemia en 2020
Nieves Medina (derecha) con sus trabajadoras en Conservas Curricán, en Xove. PALEO
photo_camera Nieves Medina (derecha) con sus trabajadoras en Conservas Curricán, en Xove. PALEO

La temporada estival alumbró en los últimos años nuevas empresas al socaire de la costera del bonito. Se trata de una serie de conserveras que mantienen el proceso de elaboración tradicional, pero además proporcionan un nuevo recurso que se está convirtiendo por derecho propio en obsequio al que recurren mariñanos y visitantes, tanto para consumo particular como para agasajar a amigos y familiares.

El atún del norte llega de ese modo a diferentes puntos del país sin limitarse a las tiendas delicatessen o especializadas ganándose así cada vez más paladares. El responsable de Conservas Ares, ubicada en Fazouro, Ángel Ares López, cuenta que "en Nadal véndese moito, fanse moitas cestas, se tiveramos máis pedidos igual non podíamos atendelos".

La demanda por parte de los visitantes fue más intensa al inicio del verano. "Notouse máis, había máis turismo de coñecer, agora é máis de praia. Tamén veu xente nova que non viñera en anos anteriores e que parou no despacho", indica. Ares explica que lo habitual es que después de la primera compra repitan. "Ao ano seguinte volven ou chaman por teléfono para que lles enviemos ou enviámolo ás tendas da súa localidade que teñen o produto", señala.

MUY APRECIADO. Ángel asegura que es muy apreciado. "Din que non ten nada que ver co do lineal dun supermercado, apréciano moito pero non todo o mundo ten o nivel adquisitivo para permitirse comer isto todos os días, pero quen pode, faino".

El hándicap reside en que "estamos con menos diñeiro que nunca e como están as cousas, a xente ten medo e gardará, pero con que veñan un día ao ano xa me dou por contento", apunta. Entre los clientes hay mariñanos que lo adquieren a nivel particular, "cada vez máis, porque na casa facíano os seus maiores e os novos trano para que llo envasemos, poñemos todo menos o bonito".

Nieves Medina García, de Currimar, en Xove, comenta que el mercado estival se recuperó este año tras "la rareza" ocurrida en 2020 por la pandemia. "Hemos notado una mejoría de público que timbra en la nave o llama por teléfono. Otros vienen a conocernos, es cliente fiel que suele hacer las compras desde casa y le enviamos a domicilio".

Preparan cestas para las empresas que les encargan y cajas regalo enfocadas a las fiestas navideñas

La conservera situada en el polígono industrial xovense prepara dos páginas web que permitirán comprar online y sus responsables confían en que estén operativas en Navidad, "porque es el futuro". Para las fiestas navideñas hacen cestas. "El año pasado hicimos una caja de regalo creada por un carpinteiro de ribeira, cubierta con una bolsa hecha de red de pesca. Buscamos ese guiño al sector, nuestro proyecto es colaborativo y tenemos cierta querencia porque sean mujeres y del sector pesquero", subraya.

Currimar recibió el premio de excelencia a la innovación por parte de las mujeres rurales que otorga el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Sus gerentes, Nieves Medina y Placer Rodríguez Pérez, se muestran orgullosas de que su trabajo redunde en la economía local.

La burelesa Berónica Rodil Rodríguez, de Conservas Faro, constata que la mayor parte de los clientes que pasan por su tienda enclavada en la calle Beiramar 23 de la localidad, compran el producto con la intención de consumirlo en la zona o para obsequiar. Esta firma permite adquirirlo a través de su página web. "Normalmente compran para consumilo aquí e se lles gusta soen repetir, algún rexístrase na web e outros piden por teléfono. Facemos caixiñas regalo a medida", comenta.

Conservas Curricán fue el primer obrador de los tres que funcionan en la Costa lucense en ver la luz. Lo hacía en 2012. Sus impulsoras conocieron las conservas al recalar en la zona. "Lo vimos como una posibilidad de trabajo y nos pusimos en marcha, pensábamos en algo más modesto, pero para que cumpliese con todas las garantías hubo que dar un paso adelante. Me enseñó la madre de una amiga, hija y nieta de pescadores", explica Nieves. Ahora tienen entre tres y cuatro trabajadoras, la mayoría de Alonso que cerró en Celeiro.

Empezaron con el bonito, pero después introdujeron otras especies para seguir trabajando. El pulpo fue la segunda referencia, a la que se sumaron la ostra y los calamares. Trabajan con producto local y gallego. La ostra es de O Barqueiro y el bonito de Burela, "Intentamos emplear producto de proximidad siempre que podemos, están certificados en Pesca de Rías".

PLATOS PREPARADOS . Al ver la evolución del mercado empezaron con los platos preparados, que tienen una demanda importante. Trabajan cinco o seis diferentes bajo la marca de calidad Currimar, a la que recientemente sumaron Delecta Mare, una línea más económica. Ofrecen bonito en marmitako, en rollo y salsa de tomate, además de hacer albóndigas, fabas con pulpo y calamares en su tinta. "En la campaña del bonito todas las manos son necesarias, es una producción muy concentrada, el resto se dosifica a lo largo del año. Primamos la calidad por encima de la cantidad", recalca. Tiendas especializadas, El Corte Inglés y ferias son sus puntos de venta principales.

La demanda externa lleva a las conserveras artesanales a exportar una parte de su producción a Europa

Conservas Ares, formada en 2014, tiene asimismo tres trabajadoras y el dueño, antiguo estibador y comprador de pescado en la lonja burelesa, asume la comercialización. De familia marinera sigue con la tradición a través de esta vertiente, a la que se aventuró tras cerrar la empresa en que trabajaba. Pensó: "De peixe fresco sei e a familia sabe de conserva, miña avoa xa traballara en Remo e así buscamos darlle á xente algo distinto e de calidade". De hacerla para consumo casero pasaron al obrador, en el que también trabajan mejillón gigante gallego y anchoa. "Houbo que aprender a elaborala porque non sabíamos, fumos a Santoña. Os patés é unha pasada o que se venden, foi unha sorpresa, facémolos de centolo, nécora, ourizo, bonito e mexilón". Presume de que "só facemos produto galego, pescado por barcos daquí e compramos o 95% en Burela".

La venta es directa en el despacho que abrieron "porque a xente non paraba de petar á porta" y también al por mayor y a tiendas delicatessen. Cada vez exportan más a Alemania, Italia y Polonia. La transacción es presencial, vía telefónica y tienen página web, aunque no venden online. "Vou aló ou veñen eles aquí, teño moita reunión con proveedores e distribuidores, así pouco a pouco abrimos un oco no mercado, temos bastante produción e agótase tódolos anos". Tal es la demanda que piensa en ampliar local y personal. "Non pensaba ter tanta demanda, isto monteino pensando en vender unha pequena cantidade, pero foise de madre. Producimos entre 120.000 e 150.000 botes anuais, é a capacidade que temos agora".

CAPRICHO. Conservas Faro nació en Burela en 2019 a raíz de una empresa de pescados familiar. "Naceu como capricho, miña nai levaba elaborando bonito en conserva dende hai máis de 40 anos para consumo familiar, a nivel local. No verán eu preparabao para xente maior e amigos, non quería que esa tradición se perdese". Su materia prima estrella es el bonito, pero además elaboran paté y albóndigas, y envasan sardinilla. El producto es local adquirido en la lonja burelesa y elaborado por madre e hija en el obrador. "Estamos moi contentos, á xente que proba, gústalle e repite. Pensamos en novos pratos con base de bonito, que están tendo boa acollida", indica Berónica Rodil, que prevé poner alguno en circulación para Navidad.

La venta es presencial en la tienda de Burela, pero también comercializan online y distribuyen a tiendas gourmet y ultramarinos de calidad. Faro prepara cajas regalo y realiza asimismo envíos a Francia y Alemania.

Elaboración Sin conservantes ni colorantes

El proceso de elaboración de estos obradores es totalmente artesanal sin conservantes ni colorantes. Los ingredientes fundamentales son bonito, sal y aceite. En el caso de los platos preparados se preparan guisos o escabeches caseros. Los patés no incorporan gluten, lactosa ni huevo, debido al cada vez mayor número de personas con alergias. En Curricán usan agua de mar depurada con registro sanitario. Las tres tienen autoclave para la esterilización de los botes al ser un producto alimentario.

Pelado y cocido

El bonito se descabeza y limpia, se cuece en agua con salmuera en ollas grandes, donde se puede añadir ajo o laurel, y después se deja secar o enfría para que endurezca, tras lo que se pela a mano según el gusto de cada uno, indica Ares. Por último se embota con aceite, a gusto, y se pasa al baño maría para garantizar su conservación.

Dos días

El proceso completo se prolonga durante unos dos días, debido a que es necesario respetar los tiempos de cada uno de los pasos, desde la limpieza que se efectúa en el patio previo hasta el cocido pasando por el secado, el envasado y la esterilización.

Inclusión social

Conservas Faro apoya la inclusión social, para lo que implementó el lenguaje braïlle en su etiquetado, además del código QR, a fin de enlazarlo en el futuro a una descripción auditiva en su página web

 

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