Más de 60.000 kilos descargados este miércoles en Burela y por encima de 37.000 en Celeiro volvieron a llenar ambas lonjas de bocarte después de una jornada de martes en que las capturas fueron aún mayores, según señalaron algunas tripulaciones, indicando que muchos barcos habían pescado el cupo diario de 300 cajas.
La anchoa del Cantábrico está arribando a la costa lucense y, sin ser de talla excepcional, las tarrafas "salabardean" del aparejo de cerco varios tamaños y la actividad es máxima.
Atracado en Burela para descansar, el patrón del Nolito Persebello indicaba que «largamos cerca pero hai bastante corrente e ás veces o peixe escapa». En medio de esos bancos de anchoa también nadan otros con ejemplares pequeños de "cabalón", caballa que hay que escoger, además de "patexo".
A tierra han llegado en pocos días miles de cajas que irán sobre todo a las fábricas de conserva de anchoa. Además de los cerqueros mariñanos, faenan en la zona de otros puertos, como el Ardosán de Portosín, A Tenencia de Sada, Ansia de Pasajes o el Madre Consuelo de Santoña, que este miércoles desembarcaba chicharro.
En cuanto a los precios, pescadores reconocían que el de más baja calidad ha llegado a cotizar a 0,12 euros el kilo pero la mayoría ha rondado el euro y, según los datos de venta de ambos puertos mariñanos, hubo bocarte en lonja entre 1,11 euros y 2,55 euros el kilo (Burela) y entre 0,80 a 2,50 euros el kilo. Mientras, las lanchas están pescando bonito a la altura de Santoña, aunque este miércoles no se vendió en A Mariña.
