A primera hora de la tarde de este miércoles concluyeron los trabajos de izado de la furgoneta de una empresa de alquiler de Barcelona que se despeñó desde el mirador de Moreiras, en O Vicedo, hasta un pedrero de la ría de Viveiro situado a 200 metros.
La operación se prolongó durante siete horas ya que se avanzó con más lentitud de lo esperado porque han surgido dos problemas. El primero de ellos estaba relacionado con el ángulo en el que debía ser alzado el vehículo, dado que durante las maniobras el cable ha chocado en varias ocasiones contra el desfiladero. En segundo lugar, las zapatas de la grúa comenzaron a hundirse sobre el terreno, por lo que los trabajos tuvieron que paralizarse momentáneamente hasta que se incorporen a la grúa unas nuevas zapatas mayores que garanticen su estabilidad.
El caso ha sido muy comentado estos días en la zona tras no recibir aviso alguno de lo ocurrido por parte del conductor del vehículo, un vecino de Reus que llegó a alojarse en O Vicedo. Una vez que la empresa echó en falta la furgoneta, procede a la recuperación de sus restos. En el barranco habían aparecido restos de unas cajas de material erótico como consoladores, lo que alimentó las especulaciones.
RESUELTO EL MISTERIO. Sin embargo, el buzo encargado de fijar los cables para el izado de la furgoneta, ha relatado que en el interior de la misma había, mesas, sillas, un colchón y una bicicleta. Al parecer, el conductor habría reconocido que eran enseres procedentes de una mudanza porque acaba de abandonar un piso en Barcelona.
