El arte de la carpintería, de cerca en Ourol

Las experiencias slow de la Mancomunidade ofrecen conocer el taller de Sébastien Leprévost en el municipio, donde impulsa el proyecto cultural Alas Raíces con la chantadesa Cristina González
Sébastien Leprévost, en su taller de carpintería. EP
photo_camera Sébastien Leprévost, en su taller de carpintería. EP

Las experiencias de turismo slow de la Mancomunidade de Concellos da Mariña incluyen este sábado una visita al taller de carpintería del ebanista francés Sébastien Leprévost en Xerdiz (Ourol), donde asienta su proyecto de vida con la chantadesa Cristina González -tras viajar ambos por medio mundo-, en la casa que denominaron Alas Raíces y que es a la vez un centro cultural.

En la jornada de este sábado el artesano ayudará a "descubrir a la gente el oficio de la carpintería", sobre todo "cómo era el oficio antes", mucho más manual, para lo que se apoyará en unas diapositivas con fotos. Tras un café observarán los árboles de la zona y después trabajarán en el taller que tiene en el bajo de la casa que están rehabilitando. "Voy a explicar cómo es la madera, cómo crece, cómo es la estructura interna para conocer las partes buenas, y voy a enseñarles cómo se trabaja ahora con las máquinas, el proceso de cortar, cepillar y moldear la madera. También vamos a hacer algo juntos, un pequeño objeto que será una sorpresa y que después se lo pueden llevar a casa", avanza sobre la actividad.

Sébastien Leprévost recuerda que lleva "toda la vida" con este oficio, al que supo que quería dedicarse desde niño. "A los siete años le dije a mi madre: Voy a ser carpintero. Siempre tuve eso en la cabeza", relata el francés, que vivió una época en países americanos y de vuelta a Europa se hizo voluntario en el programa Workaway. "Estuve tres años con mi furgoneta, donde llevaba todas mis herramientas e iba de casa en casa. Hice toda la costa de Francia despacito, llegué a Asturias y a Galicia, y en Xerdiz a casa de unos ingleses donde mi furgoneta se estropeó y decidí quedarme", relata el carpintero, que trabaja maderas de la zona como el castaño, el pino, el roble o el eucalipto y con las que da forma a muebles, escaleras, puertas o ventanas de manera artesanal.

Cuando trabajaba en otro proyecto en Ourol coincidió con la que sería su pareja. "El estaba de carpinteiro facendo as ventás e eu coñecendo proxectos rurais porque había tempo que quería deixar a cidade, e aí coñecémonos", comenta Cristina González, que entonces vivía en A Coruña pero había estado en distintos países como cooperante internacional, en Montevideo, Cuba, República Dominicana o Brasil. Juntos descubrieron en Xerdiz una casa con un ángel tallado y "fue una señal", reconoce Sébastien, quien explica que el nombre de Alas Raíces es porque "los dos hemos viajado mucho por el mundo y ahora queremos echar raíces".

Cristina comenta que se sienten "moi ben recibidos"entre los vecinos con su proyecto para revitalizar la zona. «"Cremos que vivir na aldea vai ligado a ter mellor saúde, mellores relacións humanas e máis sostibles. Estamos moi felices apostando polo rural e pola artesanía" reseña. La casa la están rehabilitando con ayuda de voluntarios, "xa viñeron de Estados Unidos, Alemania, Italia e agora un de Nicaragua", y al mismo tiempo la dotan de actividad cultural. De hecho, el 22 de abril organizan un curso de jabones artesanales, el 21 de mayo otro de reconocimiento de plantas medicinales del entorno, y el 29 de abril y el 26 de mayo habrá conciertos de piano-jazz y blues.

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