Un vecino de la localidad pontenovesa de Rececende se encontró el martes con una sorpresa mayúscula mientras estaba trabajando en una finca de su propiedad cerca de su casa. El hombre estaba acondicionando el terreno con una azada cuando notó que golpeaba algo metálico. Poco a poco lo desenterró y el objeto que apareció no dejaba ningún lugar a dudas de lo que era: una granada.
Tras un primer susto inicial y el alivio por la circunstancia de que el artefacto no hubiera estallado pese a haberle golpeado con el azadón, puso el hallazgo en conocimiento del cuartel de la Guardia Civil de la localidad.
Los agentes se desplazaron hasta el lugar y allí pudieron inspeccionar la granada, ya sin moverla, y comprobaron que se trataba de un artilugio procedente de la Guerra Civil que había quedado enterrado sin llegar a estallar, ya que se encontraba todavía con la anilla de seguridad puesta.
Decidieron volver a taparla con tierra y señalizarla para que nadie corriera ningún riesgo ya que a menos que se manipulase era imposible que pudiera llegar a hacer explosión.
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LOS TEDAX. Posteriormente pusieron los hechos en conocimiento de los Tedax, el departamento de la Guardia Civil encargado del tratamiento con explosivos, que se desplazaron hasta esta localidad de A Pontenova para recoger la granada. Después la llevaron a la localidad de Parga (Guitiriz) donde disponen de un lugar apropiado para poder explosionar este tipo de artefactos sin tener que correr ningún tipo de riesgo.
REPETICIÓN. No es la primera vez que aparecen en el municipio de A Pontenova artilugios de la Guerra Civil que quedaron enterrados y olvidados con el paso de los años.
Varias zonas de ese municipio fueron bastante activas sobre todo a nivel de albergar guerrilleros que realizaban su lucha contra las tropas franquistas amparándose en las montañas y los bosques de toda la zona sur del municipio de A Pontenova y también de las partes que lindan con concellos como Riotorto, Ribeira de Piquín e incluso, ya en otra parte, A Fonsagrada.
PRECEDENTE. También aparecieron objetos parecidos en otras zonas como por ejemplo en el puente de Porto, que conecta la localidad asturiana de Vegadeo con la ribadense de Porto.
Allí fue localizada una bomba que no llegó a estallar y que, en principio, debería haber servido para hacer volar dicho viaducto.
