El juzgado de lo Penal de Lugo emitió un auto en el que condena al antiguo constructor Gervasio Cao a una pena de dos años y medio de cárcel así como al pago de una multa de 3.246 euros al considerar probado que cometió un delito de frustración de ejecución de una sentencia.
En un largo razonamiento, la jueza entiende que Gervasio Cao montó un entramado societario con el que se fue traspasando de una firma a otra varios bienes suyos como dos fincas o un vehículo.
La finalidad de todo ello era no afrontar el pago de una condena en firme confirmada por el Tribunal Supremo por la que tenía que hacer frente a un pago de 427.000 euros a la firma Promonorte, que fue la que le denunció.
La denuncia incluye además a sus tres hijos, P.C.R., N.C.R. e I.C.R., además de a la que era su pareja M.G.L.G., que en vía penal también son considerados culpables, aunque en su caso como "cómplices necesarios" para que Cao pudiera cometer el delito por el que se le juzgaba.
Concretamente, todos ellos figuraban como responsables de las distintas empresas que fue montando el empresario y a ellos se les condena a 15 meses de prisión y a pagar una multa de 1.626 euros.
El auto no recoge completamente las reclamaciones que había presentado Promonorte, que reclamaba casi 1 millón de euros.
La jueza del caso especifica en la justificación de su decisión que "resulta acreditado que Gervasio Cao, por medio de un entramado de sociedades interpuestas y con la ayuda de sus hijos y de su compañera sentimental, burló el legítimo derecho de crédito de la entidad querellante" abocándola "a la interposición de esta querella". Esta decisión no es firme y se puede recurrir.
