Algo se mueve en A Mariña

El padrón de los principales concellos crece a buen ritmo y los pequeños pierden menos ► Destacan las subidas de 245 vecinos en Ribadeo, 185 en Foz, 120 en Viveiro y 77 en Barreiros
La llegada de inmigrantes recupera el padrón de A Pontenova, cuyo colegio gana matrículas tras muchos años. Son 22 alumnos más. X. LOMBARDERO
photo_camera La llegada de inmigrantes recupera el padrón de A Pontenova, cuyo colegio gana matrículas tras muchos años. Son 22 alumnos más. X. LOMBARDERO

La comarca de A Mariña podría cerrar la presente década deteniendo momentáneamente la sangría demográfica que viene sufriendo desde la segunda mitad de los años 90. La menor incidencia del covid en comparación con las grandes aglomeraciones urbanas y el aprovechamiento de las segundas viviendas ganan peso entre las causas que explicarían este fenómeno. 

En en el año 1995, la comarca mariñana bajaba por primera vez de los 80.000 habitantes y ahí iniciaba un descenso inexorable hasta los 72.046 que se registraban el 1 de enero del 2019. Entremedias, los 655 habitantes que perdía A Mariña a lo largo del 2013 provocaban que por primera vez no superase la cifra de 75.000 empadronados. Si la tendencia observada en lo que va de año, sobre todo tras el confinamiento, se mantiene en el último trimestre, la comarca se mantendrá con creces por encima de los 70.000 habitantes. Lejos quedan ya los 83.666 vecinos que tenía a principios de la década de los 90. 

Si finalmente A Mariña cierra con un crecimiento de población este 2020, será uno de los pocos años de la serie histórica de este siglo que se concluya en positivo y la primera ocasión en que lo haga en esta presente década. Desde el 1986, solo en tres años aumentaron los habitantes de la comarca. Fue concretamente en 2004, 2007 y 2008. La crisis que se inició ese último año hizo añicos esa incipiente recuperación, mientras que otra puede conseguir revertir esa tendencia negativa. Todo ello, se afanan en precisar los alcaldes de la zona, siempre que se solucione el conflicto de Alcoa, una auténtica espada de Damocles que pende sobre el futuro de la comarca. 

CRECEN LAS CABECERAS. En Viveiro, Foz, Ribadeo y Burela, los cuatro concellos más habitados de la comarca, están convencidos de que finalizarán con más empadronados este año que los que tenían el pasado 1 de enero. Todo ello a pesar de que, salvo Burela, en la mayoría hace años que el crecimiento vegetativo —diferencia entre nacimientos y defunciones— suele ser negativo. 

Fernando Suárez: "Temos moitos servizos de cidades pequenas e todo a un prezo máis razoable e moito máis cómodo para vivir"

En Ribadeo han registrado 245 altas desde marzo, por lo que su población ha crecido ya en casi 150 habitantes en todo el año, dado que también hay que restar los fallecimientos que se han producido. "A 1 de xaneiro tíñamos 10.015 habitantes e agora mesmo o padrón marca que temos 10.164", precisa el regidor ribadense, Fernando Suárez Barcia, que espera que "o crecemento vexetativo tamén sexa positivo".

Las cifras de Viveiro se acercan mucho a las ribadenses. "Hemos aumentado unos 120, por lo que estamos sobre los 15.600 empadronados ", apunta su alcaldesa, María Loureiro. La ciudad del Landro contaba con 15.466 habitantes a principios del pasado año. 

Los números son incluso mejores en el caso de Foz. "Durante os primeiros nove meses do ano, o noso padrón medrou en 185 persoas e xa superamos os 10.200 habitantes. Ter un saldo neto tan bo é moi importante", se congratula el alcalde, Fran Cajoto. 

El caso de Burela es especial, por la gran cantidad de inmigrantes caboverdianos y de otras nacionalidades que reúne, así como la juventud de su población. "Polas cartillas sanitarias sabemos que superamos os 11.000, pero a nivel de padrón oficial medraremos algo e pasaremos dos 9.600 este ano", indica Alfredo Llano. 

Sin embargo, la gran noticia es que otros mucho más pequeños, como Barreiros, O Valadouro o Lourenzá también apuntan a finalizar este año con más población que el pasado, poniendo fin a una evolución histórica muy negativa. A pesar de todas las piedras en el camino, parece que algo se mueve en A Mariña.

Barreiros crece como nunca y supera ya los 3.000 habitantes

Las diferencias en los incrementos entre los municipios de la costa y los de interior son notables, al igual que entre las cabeceras de comarca y aquellos concellos más pequeños. En el caso de los costeros, la dinámica tiene mucho que ver con las segundas residencias y entre ellos es paradigmático la situación de Barreiros, que, pese a no estar entre los concellos más poblados de la comarca, ha visto como el crecimiento de su padrón este año se acerca ya al centenar de habitantes. 

En junio del pasado año contaba con 2.939 censados, subiendo a 2.978 a finales de enero del presente año y superando ya la barrera de los 3.000 en la actualidad. A comienzos de esta semana, el padrón de Barreiros contabilizaba 3.016 habitantes. Desde hace un lustro no se movía Barreiros en estos guarismos. En 2014 fue el último año en el que creció el padrón de uno de los polos de atracción de veraneantes más importante de A Mariña. 

La alcaldesa de la localidad, Ana Ermida, asegura que no encuentra una única explicación a un fenómeno que no tiene que ver solo con el coronavirus, ya que el crecimiento más fuerte lo percibieron en los meses de enero y febrero. "O boom principal foi a principios de ano, logo do confinamento houbo outro pequeno repunte e agora parece que segue mantendo un pouco esta tendencia", afirma con ilusión. 

Fran Cajoto: "En Foz, a diferenza doutras zonas de España, non pecha nada en inverno e os servizos funcionan todo o ano"

Ermida defiende que no hay un patrón común que defina qué tipología de personas son las que se están empadronando en Barreiros. "Hai de todo, familias con nenos, xente maior e incluso xente que vive soa. Non temos un perfil moi definido nin sequera en canto á procedencia, porque temos xente que vén de fóra de Galicia, sobre todo Madrid e Asturias, e da propia comunidade", sostiene. 

MEJORAR SERVICIOS. La regidora tiene muy claro qué aspectos tienen que mejorar y que otros servicios tienen que intentar implementar para afianzar a esta nueva población y seguir siendo un polo de atracción en los próximos meses. "Nós queremos que Barreiros sexa un sitio cómodo para que a xente veña e faga a súa vida aquí. Quedanos por diante dar máis servizos, mellorar os que temos e que en Barreiros haxa alternativas de ocio, así como o tema de Internet, que é fundamental neste momento e para o futuro. Nalgunhas parroquias xa se está metendo a fibra óptica e o ideal é que se cubrira todo o territorio porque cada vez é máis necesario", resalta. 

Estos nuevos empadronamientos también se han dejado notar en los dos colegios del concello, que han visto incrementada su matrícula este verano. "Entre ambos debeu haber unha subida cercana aos 30 nenos e nenas, e iso significa que esa xente vén para quedarse. Agora esperemos que non sexan só por un ano e que cando se acaben os problemas derivados do coronavirus sigan apostando por continuar aquí con nós", concluye Ana Ermida.

Propietarios de segundas viviendas y familias que apuestan por la tranquilidad de la zona

Los regidores de la comarca confirman que muchos de estos nuevos empadronamientos responden a propietarios de segundas viviendas que han decidido quedarse en A Mariña tras el confinamiento aprovechando que, superado el brote de julio, la afectación del virus es mucho menor que en sus lugares de residencia habitual. 

Es por ello que en muchos casos se trata de jubilados que viven habitualmente en Madrid u otras zonas de España, pero no es fácil trazar un nuevo vecino tipo, ya que también se han encontrado con jóvenes, y parejas de mediana edad con hijos que, debido al teletrabajo, han decidido regresar o trasladarse a vivir a la comarca. "Muchos prefieren pasar esta etapa en un lugar que consideran más seguro y a ver si, una vez que pase todo, deciden quedarse, que es de lo que se trata", señala María Loureiro, regidora de Viveiro.

Los servicios que ofrecen muchos municipios y la tranquilidad son los argumentos que, creen los regidores, acercan a nuevos vecinos a la comarca. "Ribadeo non é un sitio de moita segunda residencia, como pode pasar noutros concellos, pero si sei de casos de xente que viña con certa frecuencia e agora decidiu empadroarse. A razón? Que temos os servizos dunha cidade, non se vive mal e, de momento, non temos grandes problemas co coronavirus", remarca Fernando Suárez. 

Un análisis similar realiza María Loureiro. "A raíz del confinamiento, mucha gente que puede teletrabajar y tiene segunda residencia decidió ya quedarse en Viveiro el resto del año. Hay casos de jubilados, pero más que eso son también muchos jóvenes y personas de mediana edad que deciden establecerse aquí porque A Mariña es un sitio muy tranquilo y en Viveiro tenemos los servicios de una pequeña ciudad y casi de todo: conservatorio, oferta deportiva, cine,... Creo que es una zona segura e ideal para formar una familia y criar a los hijos", apunta. 

María Loureiro: "Viveiro y A Mariña en general es un sitio muy tranquilo y seguro, ideal para establecerse y formar una familia"

Y muchos de los que deciden establecerse en A Mariña incluso se están sorprendiendo con la vida que tienen algunas poblaciones. "En Foz, a diferenza doutros sitios costeiros de España, que practicamente pechan en inverno, continúa todo aberto e iso permite disfrutar durante todo o ano de servizos e un tempo agradable", recalca su alcalde, Fran Cajoto. 

Lo mismo sucede con servicios como Internet, tan importante para aquellos que pueden teletrabajar desde sus domicilios. "En moitos sitios xa temos fibra óptica, restaurantes que sirven a domicilio e outros servizos moi habituais nas cidades. E todo a un prezo máis razoable e moito máis cómodo á hora de vivir", sentencia Suárez Barcia. 

FACILIDADES Y VENTAJAS. Los concellos de A Mariña se afanan en ofrecer facilidades y ventajas que ayuden a fijar población y a que los que ya viven en ellos y todavía no han dado el paso de empadronarse, terminen haciéndolo. "Nós apostamos por facilitarlle as cousas aos que se empadroan. Por exemplo, firmamos un acordo con Tráfico e xa non teñen que realizar ningún trámite relacionado con esta cuestión cando se veñen para Ribadeo, senón que xa llo facemos nós todo e non precisan ir a nada a Lugo ou a unha xestoría", puntualiza Fernando Suárez.

"Nosotros lanzamos de vez en cuando campañas e intentamos bonificar determinados servicios a los vecinos que están empadronados", señala María Loureiro. 

Muchos de los concellos toman estas medidas porque mantienen una lucha incesante para conseguir que todos sus vecinos se empadronen. En algunos manejan estudios que hablan de que cuentan con una población muy superior a la que realmente marca su padrón. Es el caso de la ciudad del Landro, con unos 15.600 habitantes oficiales. "Hace años encargamos un estudio en el que, a través de las domicializaciones bancarias, concluyeron que rozábamos los 20.000 vecinos. Creo que, si se empadronase todo el mundo, incluso sin contar con las segundas residencias, pasaríamos seguro de los 18.000", asegura Loureiro.

Los pueblos de interior siguen perdiendo gente, pero Lourenzá o A Pontenova viven un repunte

Las buenas cifras de Barreiros o de los principales concellos de la comarca contrastan con la situación que se vive en los más pequeños y en algunos del interior. Aunque algunos sí perciben que se están produciendo nuevos empadronamientos, intuyen que esto no va a frenar la caída de población. 

Es el caso de Ourol, O Vicedo, Xove, Riotorto o Trabada. "Temos casos de xente que se decidiu empadronar e vendas de tres ou catro casas, pero non compensan o número de mortes, que no último inverno foran moitas. Apenas hai nacementos e non se equilibra a balanza, pero a chegada dalgunha parella con fillos é un aliciente e oxalá sirva de reclamo", señala José Luis Pajón, alcalde de Ourol.

En Xove explica su regidor, Demetrio Salgueiro, que "nós seguimos na mesma liña, perdendo algo de poboación, pero a un ritmo máis baixo que outros concellos. Aínda que se venderon moitos pisos na urbanización de Palmeiro, non creo que fora pola covid, senón máis ben pola oportunidade do prezo", afirma. 

Sin embargo, en otros concellos del interior sí están notando cierta alegría en la venta de pisos y casas, algo que termina provocando que su padrón no se vea tan afectado por el mayor número de fallecimientos. Sucede en Mondoñedo o A Pontenova, pero especialmente en Lourenzá. "Nós estamos máis ou menos estabilizados, aínda que si hai movemento na compra de pisos e casas", señala el regidor mindoniense, Manuel Otero.

 "Vendéronse todos os pisos e tamén varias casas. Temíamos que o de Hermida puidese afectar moito, pero aquel medo inicial superouse, o padrón medrou en sete persoas ata setembro e vexo que a xente se anima a investir. De feito, nestes meses abriron unha librería, unha aseguradora, unha tenda de deportes e vaino facer tamén un bar", destaca Javier Huertas, teniente de alcalde vilego.

La población inmigrante ayuda a que mejoren las cifras de Lourenzá o A Pontenova. "Empadroouse xente, entre 20 ou 30 persoas, e este ano incrementouse en 22 a matrícula no colexio. A chegada de marroquís axuda moito, porque teñen fillos moi novos", apunta Darío Campos, alcalde de A Pontenova.

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