La falta de avances conocidos en la negociación entre Alcoa y la Sepi (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) para la venta de la fábrica de Aluminio eleva la tensión en San Cibrao, donde el comité se plantea retomar las "hostilidades" si no se logra un acuerdo antes del 30 de abril, fecha que había acordada tanto para concluir la operación como para mantener la paz social. El Gobierno ya manifestó que ese límite podría superarse y la multinacional no se cierra a esa posibilidad, siempre que así lo establezca de acuerdo con los trabajadores y si esa paz social continúa.
"La ampliación del plazo es una decisión que Alcoa tiene que acordar con el comité de empresa", dicen desde la aluminera, que insiste en que mantiene su "compromiso de seguir avanzando en la negociación de la venta de la planta a Sepi, en el diálogo y acercando posiciones a Sepi sobre el contrato de compraventa, siempre y cuando se mantenga la paz social en el proceso".
El órgano sindical plantea retomar las "hostilidades" si no hay avances antes del 30 y la CIG pide no esperar más para movilizarse
La empresa recuerda que ha cumplido sus compromisos de informar a los trabajadores —en las mesas multilaterales convocadas cada mes— y sostiene que seguirá "trabajando para encontrar la mejor solución para ambas partes". Por ello confía en que se mantendrá el diálogo con los representantes sindicales "como la mejor opción para todos" y considera que "reiniciar la huelga y la pérdida de la paz social no contribuiría en modo alguno a encontrar esa solución y solo contribuiría a un daño irreparable, tanto para la fábrica de San Cibrao como para sus clientes".
El presidente del comité, José Antonio Zan, afirma que sería "una auténtica barbaridad por ambas partes que no se llegara a un acuerdo y no se hiciera un avance sustancial antes del 29" y añade que, si todo continúa así, a partir de esa fecha van a "comenzar con las hostilidades y romper esa paz social". El sindicalista insta tanto a las administraciones como a la empresa a "dejar de jugar ya", pues la plantilla sí cumplió con su parte. "Los trabajadores han sido responsables; se propuso una suspensión de la huelga para propiciar que hubiera el mejor ambiente para emprender una negociación", dice el sindicalista, quien opina que "si en un clima para poder negociar son incapaces, deberían pensar en dimitir de sus cargos y meter a otra gente para poder resolver los problemas".
Zan lamenta que desconocen "hasta dónde llega la intención de negociar y hasta dónde no", critica la ausencia de la ministra de Industria e insiste en la intervención pues "no se puede permitir que una multinacional quiera pasar por encima de un Gobierno".
Por su parte el sindicato CIG ve "imprescindible" retomar ya las protestas "para forzar ás partes a chegar a unha solución xa". Considera "unha irresponsabilidade seguir fiándose da boa vontade das administracións ou de Alcoa sen mobilizarnos" porque a falta de seis días para que venzan los plazos están"na mesma situación que hai tres meses".
