Cuando un equipo vive en las catacumbas, las posibilidades de que la suerte y la justicia te acompañe son menores. Es lo que le pasó al Pescados Rubén FS el sábado, que tras tener el partido controlado durante 35 minutos, se dejó remontar un 4-1 a su favor para terminar perdiendo por 4-5. "Es un golpe duro, porque estábamos siendo superiores a un gran equipo como el Jimbee Cartagena, los jugadores estaban trabajando muy bien y hubiera sido muy importante conseguir el triunfo", dice Riquer, resignado. "Ahora toca volver a empezar la semana de cero, trabajar el coco porque esto es muy largo", asegura.
Ahora toca volver a empezar la semana de cero y trabajar el coco porque esto es muy largo
Y es que las sensaciones durante el encuentro eran muy positivas según el técnico madrileño. "Da igual que fuéramos ganando o empatando, nos estábamos divirtiendo, siendo superiores, los jugadores no sentían el cansancio y es como si quisieran jugar más tiempo, que el partido durara mucho", argumenta el estratega.
La salida del portero jugador por parte del conjunto cartagenero desencadenó la remontada. "Nos faltó recuperar algún balón, castigarles, pero fue al contrario; a ellos el 4-2 les dio alas y a nosotros nos bloqueó", dice Riquer. "Ellos cogieron confianza y ese factor mental es clave al final de los partidos, porque un equipo se fue hacia arriba, el Cartagena; se cambiaron las tornas", advierte.
A pesar de la derrota, el Burela FS, con tres bajas muy importantes (Pitero, Wanderson y Álex Diz), dio la cara ante un gran equipo. "Ya habíamos hecho buenos partidos contra Zaragoza y Levante; las sensaciones han sido positivas, hemos sido un equipo valiente en defensa y valiente en ataque, y esa es la parte positiva", señala. "Tenemos que seguir mejorando cosas, pero sí hemos sido capaces de hacer este partido contra Cartagena lo podemos y tenemos que hacer todos los días y el mayor tiempo posible", concluye.
