Absuelto de maltrato leve el laurentino que circuló con el perro atado a un todoterreno

El juzgado de Mondoñedo entiende que no hubo intención de causar sufrimiento al can
El perro iba atado a la bola del coche en marcha. EP
photo_camera El perro iba atado a la bola del coche en marcha. EP

El juzgado de primera instancia e instrucción número 1 de Mondoñedo absolvió de un presunto delito leve de maltrato animal al hombre de Lourenzá al que el colectivo Anadel y una particular que presenció los hechos denunciaron, acusándole por circular con el perro atado a la bola de su todoterreno. Sin embargo, la magistrada descarta la concurrencia de la acción típica del delito de maltratar cruelmente tras la valoración conjunta de la prueba, y precisa que tampoco se probó que se le haya causado lesión alguna al can.

La magistrada entiende que la acción desarrollada por el denunciado, aunque es reprobable en vía administrativa y también "absolutamente desafortunada, no alcanza el nivel de perversidad que justifica su consideración como maltrato cruel, pues no consta intención de causar sufrimiento al animal sino la voluntad manifestada por su dueño de conducirlo hasta el domicilio, ya que no quería dejarlo suelto sino recogerlo, porque hay una carretera de tránsito".

El hombre condujo al animal unos 300 metros a una velocidad media de 11,02 kilómetros por hora

El juzgado considera probado que el 10 de septiembre del pasado 2021 utilizó una cuerda para atar a la bola del remolque de su vehículo el collar del perro, un macho sabueso de año y medio, y conducir así al animal durante unos 300 metros a una velocidad media de 11,025 kilómetros a la hora hasta su domicilio, según figura en el informe pericial presentado por la defensa y que no fue impugnado por ninguna de las partes, por lo que se considera que esa fue la velocidad media aproximada en el itinerario que recogía el vídeo grabado. Consta además que dicha acción no causó lesión alguna que menoscabara la salud del animal.

El denunciado declaró que su perro se soltó y trató de que se metiera en el vehículo para poder llevarlo hasta su casa, incluso estuvo un rato sentado para ver si lo conseguía, pero ante la imposibilidad de hacerlo, la inexistencia de vecinos que le pudieran ayudar y su propia fatiga derivada de sus afecciones cardíacas, decidió actuar como se reseñó, aunque reconoció que no debería haberlo hecho, pero en aquel momento entendió que no tenía otra solución, puesto que "era incapaz de meter el perro en el coche".

El hombre añadió que mientras circulaba lo hacía "en punto muerto, frenaba e iba a una velocidad reducida, además de estar pendiente del animal por ambos retrovisores, y cuando llegó a casa comprobó que no se quejaba de nada".  Además, al visionar el vídeo se aprecia que las tres luces de freno traseras —dos laterales y la superior de la luna trasera— solo dejan de alumbrar en el tramo más llano entre las casas, cuando el perro ya puede llevar un ritmo pausado, lo que "corrobora que el conductor trataba de frenar el coche lo máximo posible cuando iba cuesta abajo".

Por otro lado, la patrulla del Seprona de la Guardia Civil acudió a las nueve y media de la mañana del día siguiente al domicilio del denunciado y comprobó que el perro estaba "en buenas condiciones higiénico sanitarias". Los agentes no hallaron "ninguna herida ni lesión en las almohadillas, patas, articulaciones ni en cualquier otra parte del cuerpo del animal". Ello hizo que únicamente decidiesen instruir una denuncia administrativa.

Al no existir posibilidad de recurso, la Xunta es la única que puede sancionar al hombre por incumplir la normativa de protección animal, lo que comportaría una multa de entre 501 hasta 5.000 euros.