"Cogió un hacha y me mandó poner la cabeza en un cepo mientras yo le pedía que me dejara"

Una mujer narró en la Audiencia de Lugo las amenazas y golpes que sufrió en Cervo por parte de su pareja, que afronta 28 años de cárcel

El acusado, en el juicio en la Audiencia Provincial de Lugo. P.V.
photo_camera El acusado, en el juicio en la Audiencia Provincial de Lugo. P.V.

"Cogió un hacha y me mandó poner la cabeza en un cepo, mientras que yo lloraba y le pedía que me dejara, que lo hiciera por mis hijos. De repente se acercó su madre corriendo y también le pidió que no me hiciera daño, así que soltó el hacha, pero me ordenó que me arrodillara a sus pies y me humillara". Con este desgarrador testimonio, una mujer relató ayer en la Audiencia Provincial de Lugo el calvario que supuestamente vivió al lado de su pareja, Marucio Lino T.R., con quien convivió en el municipio de Cervo.

Los hechos que llevaron al hombre al banquillo de los acusados sucedieron hace casi tres años, en noviembre de 2015. Según explicó la víctima, la pareja discutió un día y ella decidió marcharse y poner fin a su relación, pero el acusado insistió en que lo fuera a recoger para llevarlo a casa de sus padres. "Yo estaba acostumbrada a hacer todo lo que él me mandaba, así que accedí, pero tenía miedo y le pedí a su madre que me acompañara. Cuando lo recogimos", contó la mujer, "subió en el asiento trasero y me rodeó el cuello con las correas de una mochila, mientras me decía que me iba a matar por dejar la relación".

Cuando llegaron a la vivienda de los padre del acusado, el hombre le dijo a la víctima que se bajara del coche, pero ella se negó y entonces él le propinó un puñetazo en el ojo. Acto seguido se produjo el episodio del cepo. "Cuando su madre cogió el hacha", contó la víctima, "entramos en casa y esperamos a que se calmara. Después me preguntó si quería ir para nuestra vivienda de Cervo o para los nichos, así que decidí regresar a casa por miedo".

El acusado negó que intentara ahogarla con unas correas, pero reconoció que forcejeó con ella para que se bajara del coche y que le mandó poner la cabeza en un cepo mientras la amenazaba con un hacha. "No sé lo que pasó. Yo había mezclado marihuana y alcohol, y también había tomado pastillas. Cuando me dijo que no le hiciera daño por sus hijos, entonces me paré y me dije: ¿Pero qué estás haciendo? Y la dejé".

Una vez en Cervo, según explicó la víctima, el hombre le pidió que se fuera a la habitación porque tenía que pensar qué iba a hacer con ella. "Me dijo que me iba a descuartizar y enterrar en la huerta, o que me iba a cortar la cabeza y a quemarla en la cocina de leña. Yo pasé mucho miedo, pero no podía escapar porque había cerrado la puerta con llave y me había quitado el móvil. Después quiso tener relaciones sexuales y accedí por miedo".

Según reconoció la mujer, el hombre no utilizó ningún tipo de fuerza y ella no le manifestó que no quisiera mantener relaciones, "pero yo estaba llorando y él tenía que saber que lo estaba haciendo por miedo", dijo.

FUGA. Al día siguiente de estos hechos, la pareja fue a comer a casa de los padres del acusado y la víctima aprovechó un descuido del hombre para escaparse. "Por la noche no me atreví a quitarle las llaves y marcharme. Tenía mucho miedo y solo pensaba en volver a ver a mis hijos. Pero cuando él se fue a buscar hierba y vi las llaves de mi coche en la entrada, decidí marcharme. Después me llamó varias veces y yo le dije: No voy a volver porque no voy a arriesgar mi vida por estar contigo".

La mujer explicó que en un principio no pensó en denunciar al acusado, pero seis días después del altercado cambió de opinión. "Le dije que siguiera con su vida y que me dejara tranquila. Yo quería ir por las buenas, pero no paraba de llamarme y amenazarme. Un día me dijo que si no volvía con él iba a ir a por mis hijos, y entonces tuve mucho miedo y decidí denunciar".

La víctima relató entre lágrimas el miedo que pasó al lado del acusado. "Temí por mi vida y tengo miedo de lo que pueda hacer cuando salga de la cárcel porque sé que va a querer vengarse de mí". El acusado -que actualmente cumple prisión provisional- declaró que no había tenido "ninguna intención de hacerle daño" y explicó que la mujer no lo dejó por miedo, "sino porque se me acababa el paro y ella estaba conmigo por interés", apuntó.

El fiscal acusa al hombre de malos tratos, amenazas, agresión sexual y detención ilegal, y solicita 20 años de cárcel, mientras que la acusación particular eleva la petición a 28 años y medio. El acusado ya fue condenado otras veces por agresión sexual, maltrato y amenazas a otras mujeres.