"Estamos agotados pero muy satisfechos. El balance es muy positivo. Hubo mucha participación y muy buen ambiente", valoraban desde la comisión de fiestas de Vilalba en el día en el que las patronales, tras tres semanas repletas de actos y celebraciones, decían adiós. Las fiestas de San Ramón y Santa María se despidieron este domingo, como marca la tradición, con el Día das Parroquias, esta vez dedicado a Mourence.
La jornada arrancó con pasacalles a cargo de las agrupaciones locales Buxos Verdes y Entre Lusco e Fusco, que acompañaron a la comitiva, entre la que se encontraban las autoridades y los representantes de los diferentes colectivos locales, hasta la iglesia, donde se celebró la misa.
"Tiene Mourence mucho bueno para alegrar el corazón y mucho bonito", resumió el párroco de Vilalba
Allí, Inés Poupariña, la joven representante de la parroquia homenajeada este año, tuvo un protagonismo especial y, tras realizar la ofrenda —los vecinos llevaron una cesta con productos de la tierra y queso San Simón— leyó un discurso, que incluyó una petición.
"Que se lle siga dando ás parroquias a importancia que se merecen para mantelas en activo", dijo la joven, que habló de una parroquia medio rural, medio urbana, que suma poco más de cien habitantes y que "pode presumir de contar cun paseo polo que pasan centos de persoas" a orillas del río Magdalena.
Las fiestas de San Ramón y Santa María se despidieron con el Día das Parroquias
Pero también de tener un importante patrimonio etnográfico y religioso, con varios molinos o una capilla donde hace unos años se recuperó una romería tradicional, de contar con gran parte de las instalaciones deportivas de la capital chairega —en su territorio están las piscinas y los campos de fútbol o de tenis— o con empresas con proyección internacional, como Champivil, que exporta desde hace décadas grelos o setas, y larga tradición, como embutidos Elote.
"Tiene Mourence mucho bueno para alegrar el corazón y mucho bonito", resumió el párroco de Vilalba, Juan Pablo Alonso, en la misa que cerró las celebraciones religiosas de las patronales.
Fuera la gente se agolpaba entre los puestos de la feria y la fiesta continuó un poco más tarde en la praza da Constitución con sesión vermú con Pontevedra. La misma orquesta compartió escenario con New York en la última verbena de estas fiestas, unas celebraciones que no dejaron indiferente a nadie y que incluyeron novedades como el primer rey infantil o la peatonalización durante dos días de la céntrica Rúa da Pravia.
