Desde hace casi una década, la fisionomía del centro de la capital chairega cambiaba de forma considerable a finales de abril. La celebración del festival FIV de Vilalba —que empezó haciéndose en agosto y en 2011 se cambió a la primavera— suponía que la Praza da Constitución se convirtiera, bajo una gran carpa, en el epicentro de los conciertos y el fucsia inundaba las calles gracias a la luz de las farolas y a la implicación de comercios y hostelería poniendo su punto de color en sus negocios, para unirse a la fiesta.
Hoy la perspectiva es otra, con nadie por las calles, como reza una de las canciones de Love of Lesbian, grupo que actuó en 2010 y 2017 en esta cita musical más que consolidada en el calendario de festivales gallegos, colgando el cartel de ‘sold out’ en las últimas cuatro convocatorias y congregando a 4.000 ‘fivers’. Toda la infraestructura de montaje debería estar en marcha ya para la celebración de la decimotercera edición este viernes 24 y sábado 25, pero se canceló ya el pasado 17 de marzo, apenas unos días después del inicio del estado de alarma.
"Nos costó bastante decidirlo porque ya había contratos firmados —estaban confirmados ya varios artistas como Xoel López, Zahara, Novedades Carminha o los vilalbeses Magical Colors— y por todo lo que implica para Vilalba, pero estábamos muy pendientes de lo que pasaba en Italia. En cuanto se decretó el estado de alarma decidimos cancelarlo. Como institución pública no podemos garantizar, aún a día de hoy, que en septiembre u octubre se pueda organizar un festival de esta envergadura, así que tenemos el compromiso de ponernos a trabajar para hacerlo en 2021", explican desde el Concello, promotor del FIV de Vilalba.
Los hosteleros y los alojamientos lamentan la pérdida del mejor fin de semana del año
Desde la agencia Art Music, encargada de la parte técnica y musical, lamentaron la cancelación de un evento "importante, que tratamos con mucho cariño y que tiene mucha visibilidad» y apuntaron que incluso al principio esta opción no se veía «como la decisión idónea". De hecho, se planteó buscar otra fecha este año, teniendo en cuenta que más de la mitad del aforo ya estaba vendido al despacharse más de 2.000 abonos. "Pero viendo cómo está evolucionando todo, que incluso se habla de que no se podrán hacer eventos multitudinarios hasta final de año, es lo más adecuado", aseguró Alberto Alfonso, director de la firma.
La repercusión que tiene el festival en Vilalba a todos los niveles es una realidad, pero son los sectores de la hostelería y el hospedaje los más afectados. De hecho, las plazas hoteleras suelen agotarse en cuanto salen las fechas. "Era una ayuda muy buena para toda Vilalba, porque todos los hoteles estábamos llenos. Es el mejor fin de semana con diferencia», explican desde la pensión Villa Alta, donde se alojan todos los años miembros de la organización. «Algunos venían ya el lunes, para empezar a montar", añaden.
En la misma línea se manifiesta Moisés Martínez, del bar 80/20, que, poniendo por delante que la seguridad «es lo primero», asegura que la cancelación del FIV fue «un jarro de agua fría». "Teníamos un rayo de esperanza de que solo se pospusiera", reconoce, al tiempo que explica que las fechas de mayor trabajo en la localidad son el festival, el San Ramón y fin de año. "Pero en tema de facturación, el FIV es el mejor con diferencia. Son dos días de muchísimo trabajo, que te ayuda a mantenerte después un par de meses. Al acabar los conciertos, salen 1.500 o 2.000 personas de la carpa a llenar los bares de alrededor", manifiesta.
Roberto Ruiz, de A Pravia, se esperaba la suspensión y ahora mira hacia el futuro, y pide al Concello que, cuando todo acabe y se recupere la normalidad, apoye al comercio y a la hostelería, ya que este "es uno de los sectores más afectados", haciendo "un buen plan de terrazas, aumentar un poco los horarios de apertura y cierre, hacer unas buenas fiestas, festivales, etc, que ayuden a aupar el pueblo y a volver a darle vida".
