El vuelco electoral en Vilalba sorprendió a todos, también al PP, que por primera vez en la democracia pasará a la oposición, pero no habrá movimientos, al menos por ahora. "Uno no puede tirarse del barco cuando las cosas van mal, no se pueden provocar situaciones de pánico y hay que corregir el rumbo y preparar el relevo con tiempo", indicaba este lunes Agustín Baamonde.
"Hay que estar a la maduras y a las duras. No puedes desaparecer de repente, lo primero es seguir", dijo el regidor, ahora en funciones, que anunció una oposición "dura y fuerte pero leal". "Soy consciente de que hay que construir y no destruir", dijo, al tiempo que indicó que ni a él ni al partido le gusta el resultado, que «no es bueno", pero que lo aceptan "con respeto democrático".
Baamonde anuncia una oposición "dura pero leal", con la que "construir y no destruir"
"Tenemos que analizar por lo menudo los datos a ver que reflejan. Éramos conscientes de que la mayoría absoluta parecía en el aire y que podría inclinarse hacia un lado u otro, pero lo que sí nos sorprendió fue una explosión del PSOE de ese calibre, que en menos de un mes, con respecto a las generales, incrementaron 1.200 votos, muchos en parroquias donde no ganaran nunca como Nete, Goiriz, Santaballa, Román o Lanzós", dijo Baamonde, que habló de que los resultados son "inapelables".
"Hay un componente del efecto de arrastre de las generales, 1.000 votos de Ciudadanos y Vox se fueron para el PSOE, que aglutinó los votos de la gente cabreada con el Partido Popular, y algo pudo ayudar la movilización de gente que no votaba", expresó.