Una boya para salvar el pasado

El Alovi de As Pontes acoge el estreno de un documental que busca preservar la memoria que se sumerge en el lago

Una imagen de la mina de As Pontes de 1981. EP
photo_camera Una imagen de la mina de As Pontes de 1981. EP

En 2012 el lago lo llenó todo. El agua cubrió el pasado y los recuerdos y cambió una vez más la imagen, hundiendo en un lugar que ya no existe millones de historias de vida y horas de negro trabajo. Pero pese a que muchas de las nuevas generaciones nunca conocieron otra cosa que As Pontes con playa, la memoria siempre sale a flote. Sobre todo con el el trabajo de vecinos como Soledad Souto, extrabajadora de Endesa, miembro activo de Hume y una de las principales promotoras del documental 'El carbón, fuente de energía de As Pontes', que se estrena este jueves, a las 19.00 horas, en el Alovi.

"El documental lo hizo la productora Planet Alive Films y cuenta con la colaboración del Concello", puntualiza una mujer que no busca protagonismos pero que tiene entre sus manos uno de los mayores archivos fotográficos y documentales de la historia de este complejo mineroeléctrico, que se acabaría convirtiendo en una gigantesca explotación -la mayor a cielo abierto de España, con una longitud de 6,2 kilómetros y anchuras máximas de casi tres-, que daría de comer durante décadas a un titán de la electricidad, la central térmica más grande de España.

"El documental es la continuación de 'Electricidad y fertilizantes', que se centraba en los primeros años de la explotación con Calvo Sotelo. Empieza en 1972, cuando los activos pasaron a Endesa, y acaba cuatro décadas después, cuando se acabó el llenado del lago", afirma Soledad, quien ayudó a seleccionar imágenes, hizo de documentalista, asesora de guión y montadora.

Souto tiene en sus manos uno de los mayores archivos documentales de la historia del complejo y buceó en los recuerdos de 52 personas

"El objetivo es dar a conocer parte de nuestra historia industrial, pero contarlo a través de los protagonistas", explica esta mujer, que buceó entre los recuerdos de 52 personas del "estatus social y laboral de la empresa, desde el conserje hasta los directivos", para hacerlos emerger desde los lugares más profundos.

A lo largo de algo más de dos horas, el documental realiza un recorrido por el crecimiento imparable de central y la mina, las expropiaciones, la complejidad geotécnica, los "principios duros", las puestas en marcha, el día a día, la llegada de las gigantescas máquinas que nadie conocía, los métodos de trabajo, los sondeos, los problemas de estabilidad que se fueron salvando... desde una perspectiva más "técnica" con planos y vídeos "que no se pueden perder" y que podrían ser material de exposición en el futuro museo de la minería.

"Lo importante es que se conozca lo que ya no podemos ver. Hay chavales que no saben lo que pasó aquí y este trabajo se valorará conforme pasen los años", concluye, mientras lanza una boya para preservar la memoria.

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