Un titán sobre dos ruedas

El pontés Roberto Pena acaba de completar los 700 kilómetros de la Iron Bike, una de las pruebas ciclistas más duras del mundo

Roberto Pena. EP
photo_camera Roberto Pena. EP

Hay quien se marca como meta personal hacer ejercicio, aprender un idioma o viajar más. Y luego están esos amantes del deporte extremo a los que dar un paseo en bicicleta se les queda corto. Por eso se proponen, como en el caso de Roberto Pena, cruzar la meta en una de las pruebas por etapas más duras del mundo, la Iron Bike. Y no solo proponérselo, sino conseguirlo, convirtiéndose en un auténtico titán sobre dos ruedas.

El pontés, integrante del club ciclista Vilalba-As Pontes, aterrizó hace apenas unos días tras completar "un reto personal". 700 kilómetros en ocho etapas. ¿Lo peor? "El desnivel", dice el joven, que asegura que esta cita que ya suma 25 primaveras "no es de las más famosas ni conocidas por el público en general, pero sí de las más duras del mundo". Y como para no serlo con 25.000 metros de ascensión acumulada.

"Descubrí la Iron Bike en 2013, cuando le escuché hablar de ella a otro corredor con el que estaba haciendo otra prueba por etapas en Portugal, era la primera vez que salía a competir fuera", explica Roberto, que no se lo pensó dos veces y aprovechó que este año sus vacaciones coincidían en la fecha exacta para preparar este reto, con el que cumplió con su segunda experiencia en el extranjero.

"Me animé porque no hay muchas pruebas que se puedan realizar de manera individual, la gran mayoría son por equipos y es más difícil juntar a gente que quiera ir", añade el corredor pontés, que para viajar a Italia se preparó previamente.

El objetivo del deportista pontés era ser 'finisher', pero logró colarse entre los 50 primeros

"Para ir a una competición así tienes que entrenar. Desde principios de año salí a rodar, no puedes estar una semana parado, hay que salir casi todos los días", indica el ciclista aficionado, que empleó las últimas seis semanas antes del reto "para hacer entrenamientos más específicos con Javi García, sobre todo para no sufrir mucho", dice con una sonrisa. Y lo cumplió.

Durante las ocho intensas y duras jornadas de la Iron Bike, el joven pontés disfrutó de una de sus pasiones, la bicicleta. Aunque en varias ocasiones tuvo que cargar con ella en los hombros dado lo escarpado del terreno. Pero la experiencia y poder disfrutar del paisaje único de los Alpes Marítimos de la región italiana de Piamonte merecieron la pena.

¿Su objetivo? "No me marcaba quedar en ninguna posición, creo que salvo los diez primeros que se dedican más profesionalmente a esto, los demás corredores queríamos terminar. Ser ‘finisher’ era nuestro objetivo y lo conseguí", asegura Roberto, que pese a no ir con la idea de ganar, sí logró una buena posición.

De hecho, durante buena parte de la carrera se situó entre los primeros 50 de una clasificación formada por más de 160 ciclistas de distintas partes del mundo.

Ahora, y después de poner todo su cuerpo a prueba y especialmente sus piernas, dedicará los próximos meses "a descansar".

"Acabé bastante dolorido, ahora ya estoy mucho mejor, pero creo que voy a descansar un poco y el año que viene ya se verá", dice entre risas, sin saber todavía cuál será el siguiente reto al que se enfrentará, llevando el nombre de As Pontes y de su club a otro rincón del mundo.

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