Tras las huellas del represaliado Edmundo Peinado Ponte, muerto en Guitiriz

Un papel con un nombre hallado en una botella en la fosa común de Santa Mariña ha llevado a la ARDF a buscar a la familia del fallecido
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photo_camera Los ocho cadáveres recuperados en la fosa común de Santa Mariña.

Generated by  IJG JPEG LibraryUn nombre, apenas legible, escrito en un viejo papel (en la imagen). Un papel en muy mal estado conservado en el interior de una botella rota. Una botella hallada al lado de un cadáver en una fosa común. Una fosa común exhumada por la Asociación por la Recuperación de los Desaparecidos en el Franquismo (ARDF) en la parroquia guitiricense de Santa Mariña. Ocho muertos a los que devolverles su identidad, su dignidad.

En julio de 2019, la ARDF lograba, tras años de espera, exhumar la fosa común localizada junto a la iglesia. Además de los restos mortales de las víctimas de la represión franquista, que se estima que fueron asesinados en diferentes momentos del año 1936, los trabajos sacaron a la luz diversos objetos, entre ellos tres botellas de vidrio, que se cree que fueron depositadas junto a tres de los fallecidos, como sistema de identificación.

El paso del tiempo, las obras realizadas en el entorno del templo y las inclemencias meteorológicas causaron estragos en los recipientes y en su contenido, por lo que solo de una de ellas, fracturada por el cuello, se pudo recuperar el papel -también se halló un botón-. Santiago Cascas y Ángela Piñeiro, de la ARDF, lo sometieron a un tratamiento para evaporar la humedad y convertir en legible lo ilegible. Y confirmaron un nombre: Edmundo Peinado Ponte.

Se iniciaba entonces una labor igualmente ardua, seguir sus huellas para tratar de localizar a algún familiar. El primer punto de búsqueda, «los datos que la ARDF Desparecidos tenía en su web, un pueblo, una provincia, una calle, un número y poco más», los dirigió a un punto muerto, una vía coruñesa -Atocha Alta 70, bajo izquierda- que ya no existe.

Paralelamente, un colaborador de la entidad, Roberto Mouriz, hallaba publicada en un medio de comunicación gallego la esquela de María Brandariz López, viuda de Luis Peinado Ponte. La coincidencia de los apellidos sí condujo a la primera «pista importante».

A partir de esa esquela, se contactó con el Concello de Carballo, "«que trató el tema con suma disponibilidad y afecto" y, con la ayuda del guitiricense José Luis González Souto, 'Pereira', se logró localizar a Pilar Peinado Brandariz, y posteriormente a su hermana Mari Carmen, hijas de Luis. Ambas dieron su conformidad a la ARDF para investigar a su padre y confirmar el vínculo con Edmundo que parecían indicar sus apellidos.

Se contactó con el Obispado de Santiago y el Archivo Diocesano de la provincia de A Coruña para investigar los registros de nacimiento parroquiales y poder dar con Luis o con Edmundo. También se habló con el párroco de San Nicolás de A Coruña, don José Luis, al que se le entregaron una relación de posibles fechas de nacimiento y bautismo de Edmundo.

Ahora queda realizar las pruebas de ADN tanto a los restos óseos como a los descendientes 

"Nos convenció de que estábamos en el buen camino", indican desde la ARDF, que agradece "la amabilidad y esfuerzos del párroco", quien logró localizar a Edmundo y a sus padres, así como a un total de nueve hermanos nacidos entre 1901 y 1928, de los que él era el quinto. No figuraba Luis, por lo que se pidió al cura que ampliase la búsqueda hasta 1935. Y ahí aparecieron dos hermanos más, Pilar y finalmente Luis, nacido en 1933.

Ángela Piñeiro y Santiago Cascas lograban así conectar a Edmundo Peinado Ponte con sus dos sobrinas, Pilar y Mari Carmen, con las que están «en contacto permanente».

"Ahora queda realizar las pruebas de ADN tanto a los restos óseos como a los descendientes", indican, lo que esperan poder realizar en los próximos meses "con las ayudas institucionales o estatales". Una vez se confirmen los vínculos, esperan poder colocar una "placa de dignificación en el cementerio de Santa Mariña de Lagostelle", donde se prevé volver a inhumar los restos mortales de los ocho represaliados.

De estos, tres continúan siendo paseados sin nombre, pues aún no se les ha podido identificar. Una cuarta víctima se conoce únicamente como Fermín y los otros tres, a falta de pruebas que lo ratifiquen oficialmente se cree que son, según los datos de los que dispone la ARDF, los represaliados Ángel Rilo Raposo, Antonio González Costa y Luis Palleiro Freire.

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