El Rácing Vilalbés consiguió una importante victoria por la mínima ante el Somozas. El partido, marcado por las expulsiones de Pablo Rey, primero, y Rubo, después, se decidió gracias a un solitario tanto de Make en el tiempo de descuento. Los pupilos de Simón Lamas, cuartos en la clasificación, se asientan en la zona de play off de ascenso con 40 puntos.
El encuentro arrancó con el Somozas dominando la posesión del esférico mientras los locales buscaban salir al contraataque. Así llegó una clara ocasión para Marcos Álvarez, que pudo anotar el primer gol del partido en el minuto 15, pero su tiro con la zurda se marchó contra el lateral de la red de la portería.
Los visitantes estuvieron muy dinámicos y cómodos con balón, sin llegar a amenazar seriamente la puerta defendida por Santomé, que veía cómo su equipo no era capaz de generar en ataque.
Antes de llegar al descanso hubo varias jugadas polémicas. Cañi reclamó penalti tras una entrada de Dani, pero el colegiado no consideró punible la acción. Acto seguido, en el minuto 40, el asistente levantó el banderín para señalar un fuera de juego milimétrico a Rubo, que había enviado el balón al fondo de la red chairega. Se salvó el Rácing Vilalbés, que veía cómo Pablo Rey recibió una segunda amarilla muy protestada después de una entrada a destiempo.
En la segunda mitad, Simón Lamas movió ficha e introdujo a Vérez y López. El Somozas monopolizó el esférico, pero los chairegos no concedieron apenas opciones. De hecho, las ocasiones más claras fueron para el Vilalbés. Avisó Make con una volea que detuvo Embela y, posteriormente, en el minuto 70, el portero ecuatoguineano sacó otra mano increíble para evitar un gol de falta de Marcos Álvarez.
En la recta final, el árbitro expulsó a Rubo por protestar y, después de media hora, ambos equipos volvían a estar en igualdad numérica. El Vilalbés aprovechó la situación para lograr el gol del triunfo en el tiempo añadido. La defensa del Somozas se hizo un lío para despejar un centro lateral sin aparente peligro, dentro del área apareció un incansable Make, que, con toda la calma del mundo, controló, recortó al defensor y anotó con un disparo colocado que hizo levantar al graderío de A Magdalena.