Suegos conmemora el 200 aniversario del nacimiento del santo José María Díaz Sanjurjo

El obispo de Lugo, Alfonso Carrasco, ofició una misa multitudinaria y José Ramón Ónega recordó la vida del mártir

Aniversario del santo José María Díaz Sanjurjo. C.PÉREZ
photo_camera Aniversario del santo José María Díaz Sanjurjo. C.PÉREZ

"Suegos es una parroquia que lleva el aroma de un santo. Un santo, José María Díaz Sanjurjo, que aquí nació, aquí se crió y de aquí salió para formarse como misionero", afirmaba el polense José Ramón Ónega López, delegado de la Xunta en Madrid y biógrafo del mártir dominico, durante el multitudinario acto celebrado en su parroquia natal para conmemorar los 200 años de su nacimiento.

La jornada, que contó con la asistencia de personas llegadas de toda la diócesis de Lugo, se inauguraba en la casa de la cultura de Mosteiro, desde donde partía una peregrinación a la que se sumaron más de 200 personas. La caminata incluyó paradas en las capillas de los Milagros de Xerbolés y de As Neves. Estas visitas se aprovecharon para ofrecer a los asistentes datos de la vida del santo, quien tras realizar estudios eclesiásticos en Lugo, Santiago u Ocaña, se ordenó en 1844 en Cádiz y se marchó a las misiones a Asia.

El recorrido, de unos cinco kilómetros, culminaba en la casa natal del santo, en la aldea de Vigo, donde uno de sus más de 20 sobrinos bisnietos, Manuel Labrada, recordó algunos de sus datos biográficos, como que era el mayor de seis hermanos. La vivienda, que sigue pertenenciendo a su familia, conserva en la fachada una placa colocada en 1897 en memoria de José María Díaz Sanjurjo, obispo de Platea, martirizado en Tonkín (actual Vietnam) en 1857 al negarse a renunciar a su fe.

La jornada se inició con una peregrinación de cinco kilómetros que culminó con una visita a la casa natal del misionero

La sentencia ordenaba que "José sea inmediatamente degollado, cuélguese su cabeza tres días, y después sea arrojada al mar para que se acabe la mala semilla", tal y como recordó Ónega en su intervención, destacando que las repercusiones de su violenta muerte desencadenaron "acontecimientos de alta significación internacional".

El biógrafo detalló el periplo de la cabeza del santo, que no llegó a Ocaña hasta 34 años después, así como su aspecto físico, su voz o sus hábitos y destacó su canonización el 19 de junio 1988 en Roma por el Papa Juan Pablo II, una ceremonia que contó con la asistencia de unos 500 gallegos y de miles de vietnamitas.

Ese día de hace 30 años, "aquel don que Dios le había dado resonó en la Iglesia universal", destacó a su vez el obispo de Lugo, Alfonso Carrasco, quien ofició la multitudinaria misa celebrada al término de la peregrinación, arropado por una treintena de sacerdotes de la diócesis lucense.

Aniversario de José María Díaz Sanjurjo. C.PÉREZ

"Su martirio fue lo que lo hizo grande", indicó el obispo, alabando la fidelidad, constancia, inteligencia y valentía de Díaz Sanjurjo, cuya muerte, junto con la de otros mártires, aún es recordada hoy en Vietnam. Aludió además a sus últimas palabras con los "tres golpes de sable". Uno, en agradecimeinto a Dios, otro a sus padres y el tercero para dar testimonio a todos aquellos a los que había entregado su tiempo y su vida.

Tras la misa se celebró una concurrida comida, servida por el cátering de Jorge Fernández Lastra de Ribeira de Piquín y a la que asistieron cerca de 400 personas.

Y todos ellos fueron un poco más conscientes de tener, como destacó Ónega, "un motivo de legítimo orgullo", un santo "nuestro, de la gente de Pol, de este lugar de Suegos". Porque 200 años después de su nacimiento, "su espíritu está entre nosotros".

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