"Las Xiras son las prefiestas, el calentamiento para las patronales", explicaban Charo Carreira y Manuel Prado, los integrantes de la comisión responsable de diseñar el programa de los festejos de San Ramón y Santa María de este año. Bajo un sol abrasador, los más osados se atrevían con las últimas piezas de la sesión vermú en los instantes previos de sentarse a la mesa.
Más de 300 mayores de distintos lugares de Galicia, o incluso de fuera –asistió gente de Cataluña o el País Vasco que en estas fechas cambia de residencia–, participaron en la Xira da Terceira Idade en el área recreativa de A Magdalena. En la carpa instalada por el Concello se juntaron unas 250 personas para disfrutar de los sabores de la empanada, la paella o la carne asada servida por Maragata.
Otros –cada vez son menos– apostaron por traer la comida de casa e instalarse a la sombra de los árboles, como un grupo de vecinos de Sarria, y los usuarios del Hospital Asilo de Vilalba y de las residencias de O Corgo y Castro de Rei se ubicaron en la parte de abajo, junto al bar de la playa.
"Nós vimos dende hai moitos anos. É unha forma bonita de reunir á xente, aínda que hoxe unha sombriña para bailar agradecíase, pero non se pode ter todo", apuntaba un grupo de Cospeito y Foz, mientras en otra mesa, unos vecinos de la parroquia vilalbesa de Lanzós explicaban que esta era su primera vez. "Está ben, seguro que repetimos", expresaron.
Con ritmo en la pista, saboreando el menú en compañía, observando desde un rincón o entre vítores de San Ramón, los mayores demostraron que no hay límite de edad para la fiesta, que esta vez contó con misa campestre cantada por la coral Luar, la orquesta Dilema y el grupo Escobar. Los jóvenes cogerán el testigo el fin de semana con la otra Xira.
