Siete días sin la sonrisa de Desirée

Se cumple una semana de la trágica muerte de una menor de 7 años en Muimenta, a la que encontraron muerta en la cama, sin que se hayan despejado las incógnitas que rodean el caso

Muimenta. EP
photo_camera Muimenta. EP

Este viernes se cumple una semana de dolor, de incertidumbre, de muchas preguntas sin respuesta y, sobre todo, de una inmensa tristeza que acompañará para siempre a todos aquellos que algún día vieron brillar la sonrisa de la pequeña Desirée.

Hace siete días, Muimenta se despertaba como otro viernes cualquiera. Pero no lo era. La presencia de los servicios de emergencia y de las fuerzas de seguridad frente a una vivienda de la LU-120 no anunciaba nada bueno. Y no lo era. Una niña de siete anos había sido hallada muerta en su cama. Esa era la noticia para el común de los mortales, pero no aquí. En Muimenta, Desirée es la hija de, la nieta de, la amiga de...

"Encantadora", "dulce", "solidaria", "estaba sempre xogando e rindo", o que era "moi boa nena" son descripciones que repiten, siempre con la voz teñida de pena. Todos conservan grabados recuerdos de ella con sus amigos, su abuela, su madre, sobre todo antes de que una depresión la llevase a reducir su actividad pública. Su gusto por jugar al tenis, por tocar la pandereta o, simplemente, por pasar tiempo con sus amigos.

Una semana después, el Juzgado de Instrucción Número 1 de Vilalba mantiene el secreto de sumario y el hermetismo sobre la investigación es cada vez mayor

En el colegio, una mesa vacía atestiguaba su ausencia el pasado lunes, ese difícil día de la vuelta a clase sabiendo que Desirée no va a volver. Un grupo de psicólogos del Grupo de Intervención Psicolóxica en Catástrofes e Emerxencias (Gipce) se desplazaron a este pequeño centro educativo que es prácticamente una familia a intentar ayudar a sobrellevar el duelo, a tratar de buscarle una explicación a lo inexplicable.

Miembros del mismo grupo ya se habían desplazado el viernes a la vivienda que la pequeña compartía con su madre y su abuela para prestar atención a la familia, a la madre, que fue evacuada al Hospital Lucus Augusti, donde permanece ingresada en el ala de Psiquiatría, vigilada permanentemente, consciente de que su hija ya no está. Al hospital, al igual que al domicilio de Muimenta, han acudido allegados para apoyar a la familia.

"Estamos todos á expectativa, ninguén quere crer que algo así pode pasar", dicen los vecinos, acostumbrados a oír hablar de estas tragedias en los medios, no a tenerlas en la puerta de casa. Están cansados de la espera, de la falta de respuestas, de las especulaciones. "Que se resolva xa", piden, quieren que se sepa que pasó, sea lo que sea, para poder lidiar con la verdad y no con los rumores. Una opinión que seguro que comparten en otra pequeña localidad xermadesa, Roupar, de donde es originaria la familia paterna.

Pero una semana después, el Juzgado de Instrucción Número 1 de Vilalba mantiene el secreto de sumario y el hermetismo sobre la investigación es cada vez mayor. Ante estas circunstancias, y sin saber cuánto se puede demorar en el tiempo la investigación, intentan volver a la normalidad, retomar su actividad cotidiana, aunque ya nada vuelva a ser igual desde el pasado viernes.

Este viernes habrá una charla sobre la velutina, este sábado está programada la limpieza del área recreativa del Miño y el domingo será la comida de los colaboradores de la Festa da Filloa, programada para el domingo 5 pero que se suspendió por respeto a la familia. Este sábado también se le rendirá homenaje en los Xogos da Mancomunidade en Cospeito, donde estaba inscrita en las pruebas de atletismo del martes. Su dorsal, el 403, sirvió para que, de algún modo, ella y su sonrisa estuvieran presentes.

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