El jardín posterior del Ceip Insua Bermúdez de Vilalba se convirtió este domingo en el epicentro de un sentido homenaje al que fue su primer director, José Antonio Varela Veiga, fallecido el año pasado, y también en el hogar del nuevo monolito descubierto ante unas 60 personas en su honor y como recuerdo de parte de sus exalumnos.
Estos, junto a antiguos profesores y actuales, promovieron este tributo —previsto para diciembre pero aplazado en su día por la situación sanitaria— a un docente que realizó "unha pequena e humilde revolución aos que poboamos as aulas a finais da década dos 70 e principios dos 80". "A todos nos marcou a fondo", reconoció Paulo Naseiro, como portavoz de la comisión organizadora.
"Era un exemplo ético e estético. Ese mestre que fica sempre na memoria, como Don Gregorio de A lingua das bolboretas. Unha persoa que encarna o espírito dunha forma de entender a escola: a escola pública, por riba de todas as reformas educativas", añadió.
A continuación tomó la palabra uno de sus hijos, Almudena, que, muy emocionada, reconoció sentir "tristura polo acto e ledicia polo seu significado". "Queremos pensar que as sementes que meu pai e os seus compañeiros botaron nas nosas almas fan que polo mundo hoxe haxa persoas de ben", manifestó antes de proceder, junto a sus dos hermanos, a descubrir el monolito en honor a Varela Veiga. Este domingo también se repartió entre los asistentes una edición especial de la revista escolar A Pravia, centrada en su figura.
El monumento, obra del artista vilalbés Marcos Ladra, se financió con aportaciones de antiguos alumnos y profesores del Ceip Insua Bermúdez, llegando a recaudar algo más de 1.600 euros. Desde la comisión organizadora, indicaron que el dinero sobrante se donó a la biblioteca del centro.
