El médico que atendió a Sandamil tras morir Desirée dice que tenía "conciencia plena"

La segunda jornada del juicio arrancó con la declaración del novio de la acusada, quien aseguró que había notado un cambio en ella antes del fallecimiento de la niña y que "estaba siempre muy nerviosa"

La acusada, a su llegada a la Audiencia de Lugo este martes. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera La acusada, a su llegada a la Audiencia de Lugo este martes. VICTORIA RODRÍGUEZ

La segunda sesión del juicio por la muerte de Desirée —ocurrida en Muimenta en 2019, cuando la pequeña tenía 7 años— ha sumado este martes las declaraciones de una docena de testigos, entre ellos el médico que atendió a la madre y única acusada ese día en su casa. El facultativo ha asegurado que cuando asistió a Ana Sandamil, después de que la niña apareciese muerta y de que ella supuestamente tomase pastillas para intentar quitarse la vida, estaba "tranquila, relajada" y con "un nivel de conciencia pleno".

"No tenía ninguna alteración en ese momento", ha apuntado. El médico ejercía ese día en Muimenta, donde compartían casa la víctima, su progenitora y la abuela de la menor, y se desplazó al domicilio tras una llamada del 061. Al llegar, vio a Ana en un sofá, tapada con una manta y junto a su padre. Tras preguntarle si había tomado pastillas, ella aseguró que sí y que había devuelto lo ingerido. Él quiso ver lo expulsado, pero ya había sido recogido "por un policía judicial".

Según la Escala de Glasgow, que evalúa los tipos de respuesta motora y que va desde el 3 (coma profundo) al 15 (normalidad), Ana Sandamil presentaba el 15 y estaba "tranquila", "relajada".

La enfermera que acompañó al médico ha corroborado esto mismo y ha ahondado en que la paciente respondía a órdenes perfectamente, también en el traslado en ambulancia al Hula. "Neurológicamente" respondía a todos los estímulos, ha ratificado.

Tanto a la enfermera como al médico les llamó la atención que en el domicilio, donde había mucha gente y se vivía una situación de nerviosismo para todos, Sandamil mirase al padre siempre antes de contestar, aunque no vieron en él gesto alguno que pudiese inducir en ella una contestación u otra.

Una sanitaria que atendió a Desirée ha explicado que la niña tenía heridas en la boca y sangre, "en una mano más que en la otra"

SANITARIA. Una técnico sanitario que atendió a Desirée Leal ha contado en la Audiencia Provincial de Lugo que la menor presentaba "algo rojo" debajo de las uñas, heridas en la boca, en la comisura de los labios y en el paladar; y sangre, "en una mano más que en la otra".

En la vista, con jurado popular, esta especialista ha ahondado en que vio también una zapatilla de deporte llena de sangre y un calcetín, así como el mismo líquido en el suelo, pero se percató de que había habido una especie de "barrido". "Parecía que hubiese sido limpiado por alguien", ha apuntado.

A partir de ahí, ante las preguntas formuladas, ha descartado que la maniobra de reanimación hubiese causado daños: "Nosotros no le introducimos nada en la boca".

Esta profesional ha subrayado que le sorprendió que abuela y madre de la víctima estuviesen vestidas de calle, "arregladas", porque no suele ser lo habitual, y que María sí "gritaba algo" al ver lo que le había ocurrido a la nieta. A Ana, que "hasta se había puesto unos zapatos de tacón", le pidió esta trabajadora la tarjeta sanitaria de la niña, pero la mujer le dijo que no sabía dónde estaba y después se sentó en el sofá.

LA PAREJA. La segunda jornada del juicio había arrancado antes con la declaración del novio de la madre de la niña, la única acusada. El hombre, que ha explicado que siguen siendo pareja, ha asegurado que Ana Sandamil no tenía diagnosticado ningún trastorno psiquiátrico, pero que llevaba un tiempo en el que no era la misma persona.

"No me cogía el teléfono y apenas me hablaba. Estaba siempre muy nerviosa. Para mí no era ella", ha dicho José Luis Martínez. "Se levantaba de noche, sentía ruido, abría la ventana y sacaba la cabeza afuera, fumaba, tomaba mucho café...", ha explicado.

Ya tras el crimen, ha apuntado que cuando fue a verla al Hula estaba ida y que le explicó que se había encontrado a la niña muerta. "Con el paso del tiempo, cuando iba a visitarla empezó a decirme que no recordaba nada y me preguntaba "¿habré sido yo?", ha añadido el hombre.

De la relación madre e hija, ha contado que era muy buena: "La niña protegía a su madre como si supiera que estaba enferma". Y la madre protegía a la hija por su fijación con que le fuese a pasar algo.
"Me dijo que tenía miedo por ella (la niña), y por ella misma también".

"Cuando iba a visitarla empezó a decirme que no recordaba nada y me preguntaba "¿habré sido yo?", dice el novio

FAMILIACirilo, tío de Ana Sandamil, ha explicado que el 3 de mayo de 2019 recibió una llamada de María, madre de la encausada, y que ella le dijo: "Mató a Desirée". Por detrás escuchó a Ana corrigiéndola: "Yo no hice nada".

Cirilo, como otros testigos, ha subrayado que notaba cambios en Ana, una mujer "muy tranquila", que "quería mucho" a Desi, y que de repente sintió manías persecutorias y preocupación porque se notaba perseguida.

Por su parte, Francisco, padrino de Ana Sandamil, ha contado en el juicio que la procesada pidió a su padre y abuelo de la niña, José Luis, unas fotos de la pequeña muerta para comprobar que en efecto ya no vivía.

En la vista, ha dicho desconocer si esas instantáneas finalmente se tomaron, pero ha apuntado que esa era la finalidad, pues en el ala psiquiátrica del Hula donde quedó internada Ana no se creía que la niña hubiese fallecido.

El padrino de la acusada asegura que cuando estaba ingresada ella no se creía que la niña estuviese muerta

Francisco ha defendido que Ana Sandamil siempre ha sido una persona "normal", "muy tranquila", que nunca la ha visto "enfadada" y que era una "buena madre". Últimamente sabía que estaba "algo depresiva", pero nunca creyó "que fuera nada del otro mundo". A la pequeña Desirée la veía "últimamente muy protectora con la madre".

María del Mar, esposa de Francisco y tía política de Ana Sandamil, ha ratificado a continuación que Ana quería ir al entierro y que "quería ver fotos, porque ella no creía que la niña hubiese muerto". Como su marido, ha definido a Ana como una mujer buena, cariñosa, muy tranquila, sonriente, que "estaba enamorada de esa niña" y a la que "nunca" le vio "un rebote".

La Fiscalía y las acusaciones personadas, particular y popular, piden para Ana Sandamil la condena a prisión permanente revisable.

La acusación popular cree que la declaración de los forenses será "la clave"
El abogado que ejerce la acusación popular en el juicio por el crimen de Muimenta en representación de la Fundación Amigos de Galicia, Francisco José Lago, aseguró antes del inicio de la segunda jornada de la vista oral que la declaración de los forenses será "la clave" de este proceso.

En cuanto a la declaración de la madre, que este lunes negaba los hechos al ser interrogada en la vista oral, afirmó que "lo que ahora dice tenemos que ponerlo en relación con lo que en su momento dijeron los facultativos, y fundamentalmente las pruebas psicométricas". De hecho, recordó que "los test que se le hicieron revelan que existe un porcentaje alto de simulación".

Amnesia
Por su parte, el abogado que representa a la acusación particular en nombre de la familia de Desirée, el letrado Manuel Ferreiro, reconoció que fue "una sorpresa que declarase" la única investigada por el crimen y apuntó que "la amnesia" que supuestamente padece sobre el día de autos no se corresponde con "el trastorno que tiene".

Leal no cree el testimonio de Sandamil
El padre de Desirée, José Manuel Leal, afirmó este martes a las puertas de la Audiencia que Ana Sandamil representó este lunes "el papel que tenía que hacer, entrenada por la defensa", y que no se cree "para nada" el testimonio que prestó. La mujer dijo que no se acordaba de lo sucedido en la noche de la muerte de la pequeña y negó haberle hecho daño, porque era "lo que más quería".

Leal sostiene que fue ella quien mató a la niña y que, además, lo hizo para hacerle "daño" a él.