Una segunda compañía con 120 militares de la Brilat continúa el adiestramiento en Parga

La desescalada llega al Campamento de Maniobras y Tiro guitiricense con importantes medidas higiénicas y de seguridad para evitar contagios
Ejercicios de la Brilat en el Campo de Maniobras y Tiro. EP
photo_camera Ejercicios de la Brilat en el Campo de Maniobras y Tiro. EP

La desescalada continúa en el Campamento de Maniobras y Tiro (CMT) de Santa Cruz de Parga, a donde este lunes ha llegado una segunda compañía con 120 militares de la Brilat desde su base en Pontevedra, dando relevo a los primeros 80 efectivos que estrenaron las instalaciones guitiricenses tras el estado de alarma. 

Los militares que se desplazan a Parga para retomar los ejercicios de instrucción y adiestramiento lo hacen rodeados de importantes medidas higiénicas y de seguridad en la lucha contra el coronavirus. 

Según fuentes oficiales, desde que se inició esta situación la Brigada, que suma unos 2.100 militares en la base pontevedresa, ha tenido nueve casos positivos, "según los indicios, por motivos ajenos al cumplimiento de sus misiones y cometidos dentro de la Operación Balmis", que incluyó que se desplegaran en 149 localidades de Galicia, Asturias y Valladolid durante las más de 300 patrullas presenciales y tareas de desinfección en 218 hospitales, edificios de la Administración, centros de mayores y sanitarios, entre otras muchas tareas. 

MEDIDAS ESTRICTAS. La vuelta de la Brilat a Santa Cruz de Parga, su campamento de maniobras de referencia, no es igual a antes del coronavirus. "Somos bastante rigurosos en el planteamiento de las medidas higiénico-sanitarias, pero también en su cumplimiento, lo que ha permitido mantenernos en niveles de contagio muy inferiores a los que podría preverse en un colectivo tan numeroso", explican desde la Brilat. 

Antes de salir hacia el campo de maniobras todo el personal es sometido a un control de temperatura y en el desplazamiento es obligatorio el uso de mascarilla y gel antes de subirse al transporte, donde se respetan las distancias —el autobús va al 50% y el resto de vehículos según su espacio— y se desinfectan tras ser usados. 

En el campamento se forman equipos para limpiar todas las instalaciones y cambian las normas: los militares duermen en tienda individual, donde realizarán su higiene personal —se autoriza el uso de los lavabos para aseo de cara y afeitado y con carácter general no está permitido el uso de las duchas— y se hacen turnos para comer respetando las distancias —solo se ocupa un tercio del comedor y los militares usarán siempre la misma bandeja y botellas individuales—. 

En las maniobras es obligatorio el uso de guantes, gafas y mascarilla cuando no se puedan mantener los dos metros entre militares.

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