"Seguimos sendo os mesmos"

Se cumple un mes de la lluvia de millones que dejó la Lotería de Navidad en el bar Cascudo de Vilalba, que continúa con su ritmo habitual

Alegría en el Bar Cascudo de Vilalba tras tocar el Gordo de Navidad. XESÚS PONTE
photo_camera Alegría en el Bar Cascudo de Vilalba tras tocar el Gordo de Navidad. XESÚS PONTE

Este lunes por la mañana se cumple justamente un mes de la llegada de la suerte al Bar Cascudo, en la parroquia vilalbesa de San Xoán de Alba. Y nada parece haber alterado la vida cotidiana de este establecimiento tranquilo y modesto en el que cada día paran muchas personas a tomar un café o un vino.  Y a comprar lotería, porque son muchos los que, atraídos por esta repentina fama, quieren poner a prueba de nuevo la suerte. "Pero iso é difícil, porque nun espazo curto de tempo é raro que caia un premio así de importante dúas veces no mesmo sitio", opina alguien.

Mientras, Pilar Ferreiro, la dueña del establecimiento, le comenta al periodista Raúl Villares de la Radio Galega: "Seguimos sendo os mesmos de sempre". Y es que el ambiente en este lunes triste y gris, con un tiempo desapacible, dista mucho de ser el de la jornada matinal del 22 de diciembre de 2017, que siempre quedará grabada en la memoria de todos los vilalbeses por la lluvia de más de 500 millones que dejó en el municipio el Gordo de Navidad, el número  71.198.

Quizá la única muestra visible de lo que ocurrió es algún coche nuevo, alguna hipoteca ya pagada, alguna celebración esporádica y sobre todo la alegría que se dibuja en el rostro de varios clientes recordando un acontecimiento que aún no han asimilado del todo.

"A xente que era feliz segue a ser feliz. A min isto non me cambiou para nada. Como moito, deume máis tranquilidade. Esa tranquilidade que dan os cartos. Pero a felicidade é outra cousa", asegura uno de los agraciados, que celebra que el premio fuera muy repartido entre gente trabajadora y humilde.

Si algo hace feliz a Pilar Ferreiro es precisamente eso, haber contribuido a la dicha de "xente que vivía dun salario e de xente que está prexubilada pero cunha paguiña non precisamente moi alta". También le gusta recordar cuándo su hija le dijo que les había tocado solo el reintegro y ella misma fue a verificar que "se trataba do noso número", algo que le corroboraron las posteriores llamadas recibidas en el bar. También se sonríe al recordar que salieron "nun xornal de Londres", que les mandaron felicitaciones navideñas incluso desde Alemania y que hasta "unha nena de só 9 anos" hija de cazadores que son habituales clientes, "chorou de alegría".

REFORMA DEL BAR. A preguntas del periodista del canal autonómico, Pilar admite que es posible que, ahora que no hay estrecheces económicas, quizá se aborde la reforma del bar, cuya modesta decoración se fue quedando algo obsoleta. "Algo faremos", anuncia.

Lo que no advierte es un incremento sustancial de curiosos o desconocidos por la zona, más allá de gente que para a tomar algo o a comprar lotería quizá atraída por esta repentina fama del local. "Ao principio houbo moitos xornalistas, pero agora volvemos ser os de sempre", dice.

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