La fiesta de San Cristóbal de Vilalba cumplió con las expectativas y reunió un centenar de vehículos clásicos -entre coches, tractores, motos y camiones- en la explanada del campo de la feria, cumpliendo así con una celebración que se retomó con éxito en el año 2015 y que ya está asentada en el calendario.
Fueron decenas los vecinos y visitantes que se acercaron para contemplar los automóviles de diferentes siglos estacionados en este lugar, en el que también se celebró la tradicional misa, que ofició el sacerdote Antonio Domínguez.
A continuación, los asistentes iniciaron una procesión sobre cuatro ruedas -también participó alguna motocicleta y varios quads- por las principales calles de la localidad, en la que no faltaron los bocinazos y las bombas.
"Estamos moi contentos pola participación. Este ano chegamos aos cen vehículos e de procedencias diversas", confirmó Ángel Yáñez, uno de los organizadores, quien aseguró que había conductores de "Abadín, Vilalba e doutros concellos da Terra Chá, pero tamén de Mondoñedo, Viveiro, Ferrol e do club de clásicos de Narón, que trouxeron ao redor de 40 automóbiles".
Yáñez recordó para futuras ediciones que la fiesta "é aberta a todos os condutores" y pidió que se conceda algún tipo de permiso "aos camioneiros, xa que polo tema do tacógrafo e dos descansos na fin de semana non poden asistir a este tipo de eventos, e é unha pena", dijo, esperanzado en que el año próximo se pueda resolver este problema y sean mucho más los que recorran las calles vilalbesas.
La jornada festiva se completó con la animación del dúo Pedrediñas, que actuó en la sesión vermú, y con un ágape de confraternidad, en el que participaron más de 200 persoas, que disfrutaron de un menú a base de jamón cocido, pulpo, churrasco variado, bebidas, café y chupito.
En la sesión de tarde también hubo baile y se promovieron varios sorteos de regalos donados por diferentes empresas. "O balance é positivo e as expectativas tamén son boas. Esperamos que a xente siga animada en vir a esta festa", concluyó Yáñez.
