La madrugada del 7 de junio de 2021 fue larga e intensa para muchos en Vilalba. El desplome de la fachada de la conocida como Casa das Maragatinas y posterior escape de gas y gran incendio no vaticinaba todo lo que iba a suponer para la localidad meses después. La Rúa da Pravia no volvió a ser la misma desde entonces, y tras cortes, desvíos y obras, está a punto de estrenar su nueva imagen, un proyecto de reurbanización y humanización, con un presupuesto de unos 900.000 euros, que está llegando a su fin y que no estuvo exento de polémica.
Estos días se ultiman los trabajos y desde el Concello prevén que se terminen este mes, según el edil de Infraestruturas, Luis Fernández. "O lóxico sería que a rúa estivese totalmente rematada a finais de mes", dijo.
El derrumbe del inmueble destapó el mal estado de las canalizaciones, de fibrocemento, de la traída municipal -nunca se confirmó oficialmente, pero todo indica que las filtraciones de agua fueron el origen de la caída de la fachada- y el gobierno local decidió entonces actuar para solventar el problema y, de paso, proponer un nuevo modelo de urbanismo.
Tras diez meses de obras –arrancaron en septiembre-, la transformación de la vía principal del casco urbano vilalbés es evidente, empezando por convertirla en una vía unidireccional, una decisión controvertida que contó con numerosas protestas, manifestaciones y una recogida de firmas de vecinos y comerciantes descontentos que entendían que la calle debía mantener su doble dirección. Criticaron además la falta de transparencia y la poca comunicación del Concello sobre una decisión que cambia totalmente la manera de moverse en vehículos por la capital chairega.
Enfrente, la propuesta del gobierno socialista, buscando una nueva Rúa da Pravia "para as persoas", dando prioridad a los peatones y con una mayor accesibilidad.
Así, se puso un solo carril de circulación, aceras más anchas y se humanizó la zona con jardines y bancos y nuevas luminarias. Todo está ya a la vista de todos.
En estos días, la calle está cortada a la circulación para colocar piedra en el pavimento del carril central, a la altura de la Alameda Basanta Olano, convirtiendo toda esta zona en una especie de plaza. Para ello también se modificarán las escaleras de acceso de la alameda a la calle y pasarán de ser los dos tramos actuales a uno solo, uniendo los dos existentes, según explicó Luis Fernández.
Los últimos detalles que quedarán por hacer para dar por finalizada la obra se centrarán en los extremos de la vía, donde se habilitarán sendas rotondas rebasables para hacer más fluido el tráfico en las intersecciones con las calles Conde Pallares y Plácido Peña.
En la primera, falta por habilitar una zona con árboles, adoquín y un banco redondo de madera, en el margen izquierdo, y otro banco y una zona ajardinada en la acera ampliada en el margen derecho. En el final de la Rúa da Pravia, también se colocará mobiliario urbano en ambos lados.
"Haberá zonas de aparcamento e de carga e descarga e sistema de drenaxe. Como é unha plataforma única, a velocidade estará limitada a 20 quilómetros por hora, para respectar os peóns, que teñen prioridade, con beirarrúas anchas para que poidan pasear e facelo sen barreiras", concluyó el edil vilalbés.