Roedores en jaque por la pandemia

La granja pontesa Xaraleira no puede vender en el estado de alarma porque sus animales no son de primera necesidad
José María Vilaboy, con su conejo de granja.EP
photo_camera José María Vilaboy, con su conejo de granja.EP

La granja Xaraleira, en As Pontes, es de esas excepciones que confirma la regla. En sus instalaciones hay en la actualidad unos 400.000 animales, pero ninguno de ellos se puede vender porque "no son bienes de primera necesidad", explica su propietario, José María Vilaboy, que indica que los roedores están en jaque con el estado de alarma.

Cría unos 25.000 ratones al mes y unas 7.000 ratas, que sirven de alimento a otros animales en parques naturales y zoos de media España y de algunos países como Portugal e Inglaterra. También tiene conejos, cobayas y hamsters —entre 4.000 y 7.000 al mes—, que destina principalmente a las tiendas de mascotas.

"No podemos vender animales. Las tiendas están cerradas, igual que las fronteras", indica Vilaboy, que explica que lo que no se puede parar es la reproducción de los animales. "Si se frena tardaríamos seis meses en volver a arrancar", dice el responsable de Xaraleira, que añade que de momento tienen capacidad, aunque muestra su preocupación por el futuro del negocio si las circunstancias no cambian.

"Con el ratón y la rata tenemos menos problemas porque los vendemos congelados para alimento y calculamos que hasta mediados de mayo tenemos capacidad suficiente de almacenamiento. Tendremos más problemas con las mascotas si no se abren pronto las tiendas", asegura el empresario pontés, que reconoce que, dentro de las complicaciones, el estado de alarma lo pilló "en la curva baja de producción" y cuando preparan los grupos reproductores.

GASTOS. "Soy una empresa privilegiada que vendo todo lo que produzco pero ahora mismo tengo el 100% de los gastos, menos MRW, porque no podemos hacer envíos", reconoce Vilaboy, que cifra en unos 16.000 euros al mes la inversión en sueldos y alimento para los roedores.

"Estamos sufriendo con todo esto, como muchos", dice. "No me puedo plantear un Erte porque los animales tienen que estar bien atendidos", dice. En la actualidad la granja cuenta con 16 trabajadores. "Estoy muy preocupado por el tema económico. Los animales los podemos manejar, habilitar espacios... —ya cuenta con seis naves y tres patios cubiertos—. Pero a mí ya no me queda un duro y estamos ahí esperando a que las ayudas del Gobierno lleguen rápido o los bancos abran la mano con el crédito·, dice, mientras lanza un mensaje a sus trabajadores: "Tengo que darles las gracias porque se están portando como campeones".

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