Las especialistas de la empresa Crea Restauración, encargada de realizar la recuperación de las pinturas murales de la iglesia de San Vicenzo de Os Vilares, ultiman los trabajos en los frescos, datados del siglo XVI, con el objetivo de ofrecer el próximo viernes 16, desde las 16.00 a las 20.00 horas, una jornada de difusión de la intervención realizada, que llega a su fin seis meses después de su inicio.
Con esta propuesta, pretenden dar a conocer no solo estos importantes frescos, sino también las intervenciones realizadas, que fueron contratadas por la Xunta de Galicia y cofinanciadas por el Fondo Europeo de Desenvolvemento Rexional (Feder). El presupuesto fue de casi 63.000 euros.
"Estaremos a disposición de los asistentes para comentar los pormenores de los trabajos llevados a cabo y los desafíos a los que nos enfrentamos durante la intervención de restauración", explican desde Crea Restauración.
Entre ellos estuvo la importante humedad que había en los muros del templo, que hicieron que los trabajos fueran mucho más lentos de lo esperado. También, que las pinturas estaban en muy mal estado de conservación.
"Encontramos unas pinturas en peor estado de lo esperado en estudios previos y con dos problemas de conservación muy importantes. Primero, que el mortero estaba desprendido del muro. Es decir, las pinturas se estaban cayendo. Y segundo, una vez eliminados los restos de cal que había por encima, encontramos que había mucha pérdida de policromía por la intervención de manos no expertas. Se veían los destrozos", explica Yolanda Gómez, directora técnica de esta intervención.
Tras eliminar las cales que ocultaban los murales, se procedió a consolidar y fijar las policromías para evitar su pérdida empleando técnicas tradicionales.
"Se encontraron unas pinturas de muy buena calidad, buena mano en ejecución, realizadas al fresco sobre mortero de cal y arena. Nosotras volvimos a poner mortero de cal y arena y evitamos el uso de cementos, que traen consigo problemas de sales y no deja transpirar", indica Gómez.
Tras los trabajos, se pudo confirmar que las pinturas del muro norte datan de principios del siglo XVI. En él se puede ver la imposición de la casulla a San Ildefonso -una obra única en Galicia-, la lamentación sobre Cristo muerto y los restos de una tercera escena, que resultaron ser más grandes de lo esperado, en la que se ve "lo que parece una pata de una bestia".
En el muro sur, de mediados del siglo XVI, se recrea la batalla de Clavijo con un Santiago Matamoros. Bajo esta escena aparecieron restos de una pintura decorativa anterior, del siglo XV.