Recuerdos sobre las dos ruedas

Antonio Vidal Cosme recibió en Paraxes un concurrido homenaje en reconocimiento a su gran trayectoria como ciclista en los años 60
Antonio Vidal Cosme, en el centro, junto a los alcaldes de A Pastoriza, Primitivo Iglesias, y Pol, Lino Rodríguez, que acudieron al acto. T.LÓPEZ
photo_camera Antonio Vidal Cosme, en el centro, junto a los alcaldes de A Pastoriza, Primitivo Iglesias, y Pol, Lino Rodríguez, que acudieron al acto. T.LÓPEZ

Paraxes tendrá a partir de ahora y hasta la eternidad un lugar de recuerdo para uno de los deportistas más importantes de la zona en la década de los 60 del siglo pasado. La historia y los logros de Antonio Vidal Cosme sobre las dos ruedas acaban de recibir el merecido reconocimiento en un concurrido homenaje, que sirvió para repasar la trayectoria de un gran profesional del ciclismo en la época en la que, a nivel nacional, destacaban Julio Jiménez Manzaneque, Loroño o Bahamontes.

Nacido en Chaín (Pol), en 1934, pero acogido como un vecino más en Paraxes, donde regentó una herrería, fue en el concello pastoricense donde inició su carrera deportiva, en una prueba ciclista que se organizaba por las fiestas de la Portería de Fonmiñá, y a la que acudían figuras importantes de todo el ámbito gallego y asturiano, tras ser animado por el organizador, Julio Fernández Paz, Julio de Feliciana.

Curiosamente, Antonio nunca ganó la carrera de Paraxes —lo más cerca que estuvo fue en 1961, cuando pasó a llamarse Gran Premio Nacimiento del Miño, y quedó segundo tras Raúl Rey, campeón de España y que llegó a participar en tres Tours y dos Vueltas—, pero pronto el nombre de Cosme, como se le conocía en el mundo ciclista, empezó a sonar fuerte allí donde había carreras en las provincias de A Coruña y Pontevedra.

Y comenzaron también a llegar los éxitos. Fue subcampeón gallego en 1960 en Padrón y seleccionado en el año 64 para ir al campeonato de España entre los tres mejores de Galicia. Quedó primero en pruebas celebradas en Carballo, Marín, Teixeiro y As Pontes, segundo en las Cien Vueltas a la Alameda de Pontevedra o tercero en el Gran Premio de San Froilán de Lugo.

También fueron muchas las anécdotas, como cuando se le rompió un pedal en Meira a 25 metros de la meta cuando iba escapado, cuando ganó una etapa en Monforte tras pedir prestada una bicicleta entre el público al romperse el radio de la suya a 400 metros del final o cuando fue aclamado en Mondoñedo para participar en una prueba para la que no iba preparado y acabó ganando 1.500 pesetas en ella.

Por todo ello, un vecino de Paraxes, Manuel Fernández Andión ‘Lito’, pensó que Antonio era merecedor de un homenaje, y no dudó en prepararlo. Junto al local social, se colocó una bicicleta de la época y tres monolitos de pizarra con la historia de Cosme, que recibió emocionado este reconocimiento rodeado de familiares y amigos.

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