Los ponteses inundan las calles para pedir que se reactive la térmica

La manifestación convocada para reclamar una "transición enerxética xusta" superó las expectativas de los organizadores

Unas 5.000 personas inundaron este jueves las calles de As Pontes en una manifestación "histórica" en la que gritaron unidos por el futuro de un pueblo. Una localidad, siempre vinculada al sector minero, que se ha visto ensombrecida en estas semanas por el parón que soporta su emblema, la central térmica, que ha iniciado una cuenta atrás en su vida útil condicionada por los altos precios del CO₂ en el mercado. Y no parece que tenga fácil retorno.

Pero si hay algo que caracteriza a los ponteses, y que han demostrado en múltiples crisis, como quedó patente este jueves, es que no se darán por vencidos fácilmente, por lo que pelearán hasta las últimas consecuencias por la reactivación de la térmica.

Una actividad que sustenta a decenas de familias de muchas comarcas limítrofes, y de la que dependen también los camioneros, uno de los sectores más afectados hasta el momento al llevar varios meses sin cobrar.

Unos 5.000 vecinos, comerciantes, hosteleros, trabajadores, jubilados o camioneros exigieron soluciones urgentes al parón

También los comerciantes y hosteleros están en el punto de mira, ya que un parón definitivo de la eléctrica podría dejarlos sin clientes y sin ingresos. Los empleados de Endesa y de las compañías auxiliares son otros de los afectados, que se encuentran en vilo ante la posible pérdida de sus puestos de trabajo. En definitiva, toda la sociedad tiene "miedo" e "incertidumbre" ante la posibilidad de que desaparezca la imagen de ese pueblo próspero, siempre al abrigo de la enorme chimenea.

Así lo puso de manifiesto el regidor pontés y presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso, quien agradeció la respuesta masiva de los vecinos en la manifestación, a la que también acudieron representantes de los concellos de Ponteceso, Pontedeume, Betanzos, Vimianzo, Valdoviño, Xermade, Malpica, Capela, Neda, Miño, Fene, Ferrol, As Somozas, San Sadurniño, Moeche, Cerdido, Cariño, Cedeira, Vilalba, Ames, Oroso, Noia, A Coruña y Ortigueira, poniendo de relieve que el cierre de la central "é un problema das Pontes, pero tamén de toda Galicia e do propio Estado", apuntó el alcalde.

G. Formoso: "O peche da central térmica é sobre todo un problema das Pontes, pero tamén de toda Galicia e do propio Estado"

González Formoso recordó durante su intervención que la térmica de As Pontes "producía o 12% da luz que precisaba o país, e facíao a costa de expropiacións e de moitos esforzos deste concello e dos da contorna".

A continuación, el propio regidor fue el encargado de leer un manifiesto conjunto de todos los agentes afectados por este parón, en el que se indicaron las grandes cifras que Endesa paga en concepto de impuesto por la central —unos tres millones de euros— y que suponen "case o 30% do orzamento municipal". "A súa perda obrigaría a pechar ou diminuír servizos e prestacións relacionados coa asistencia social, recollida de lixo ou limpeza viaria, ademais da perda de emprego na institución municipal e na vila", indicó el alcalde, recalcando que todas las acciones que se están llevando a cabo "son cousa de todos e debemos implicarnos ata o final".

"Grazas por axudarnos a facernos oír ante as administracións. As nosas voces teñen que ser escoitadas na Xunta, en Madrid e en Europa e ser coñecedoras de que non deixaremos de requirir o artellamento de medidas para que a transición sexa paulatina e xusta", añadió el alcalde pontés, incidiendo en que no se va a permitir "que nos condenen á morte económica e social", por lo que tienen previsto seguir "traballando e loitando".

La huelga contó con un respaldo unánime de los trabajadores

El personal de las empresas auxiliares que operan en la térmica, y la plantilla de Endesa en su totalidad, secundaron una huelga de 24 horas. Con esta medida pretenden exigir "que se concreten canto antes as reunións que están pendentes" para buscar soluciones a la inactividad de la central, una situación compleja que se prolonga ya durante cinco meses. Inicialmente solo estaban convocados los trabajadores de las firmas auxiliares —la plantilla de Endesa tenía previsto parar solo una hora—, pero ante la presencia de los piquetes informativos en los dos accesos a la central, la dirección autorizó que sus empleados no entrasen tampoco a trabajar.

"A dirección entendeu perfectamente que non podía haber confrontación entre compañeiros, mañá ímonos ver todos outra vez. Fíxose co compromiso de que se pasaba algo e fose necesario, poderían acceder", explicó el presidente del comité de empresa de Endesa, Luis Varela, quien confirmó que los servicios mínimos los cubrieron 16 empleados.

Los huelguistas improvisaron una marcha por las principales calles, con la que paralizaron la actividad diaria del pueblo

En el caso de la auxiliares, el paro fue secundado también por la totalidad de los trabajadores. Aunque no estaban pactados los servicios mínimos, fueron "seis aos que se lles impuxo acudir", explicaron desde los sindicatos, que decidieron improvisar una marcha espontánea por las principales calles de As Pontes. A ella se sumaron representantes políticos locales, miembros de los colectivos de comerciantes y camioneros, así como prejubilados y jubilados de Endesa, además de numerosos vecinos. Los manifestantes salieron desde la central y ocuparon las principales vías del casco urbano, paralizaron por momentos la actividad diaria del pueblo, todo con el propósito de hacer llegar sus consignas y reivindicaciones, en las que exigen una transición energética justa y la defensa de sus puestos de trabajo.

Esta era una de las últimas medidas tomadas por el comité de crisis integrado por todos los agentes implicados en este conflicto —Concello, sindicatos, comité de empresa, camioneros, Seara y Cohempo—, y que tiene previsto seguir concretando nuevas movilizaciones para lograr un proceso de descarbonización "correcto e o máis regulado posible".

Camioneros | Once largos días de encierro
Uno de los colectivos más afectados por el parón de la central de As Pontes cumplió este jueves sus primeros once días de encierro. Los camioneros, que acumulan cinco meses sin ingresos y afrontando múltiples gastos, continúan apostados en las casas consistoriales de As Pontes, Vilalba y Ferrol. Allí mantienen las fuerzas intactas para defender sus trabajos, mientras reciben puntualmente la visita de vecinos que les muestran su apoyo.

Pasivos
Los jubilados y prejubilados retomarán el martes 24 sus reivindicaciones. Lo harán en Madrid, donde volverán a protestar frente a la sede de Endesa para exigir que no les quiten sus beneficios sociales.

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