Durante dos semanas, As Pontes se convirtió en un campo de maniobras militares, que dejó imágenes para el recuerdo con el ir y venir constante de helicópteros entre las nubes, saltos en paracaídas o aterrizajes imposibles a pie de lago.
Varias unidades de la Armada, entre ellas la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE), la Unidad Cinológica del Tercio del Norte con base en Ferrol y equipos de desactivación de explosivos de la Unidad de Buceo de Medidas Contra Minas con base en Cartagena, participaron en este adiestramiento, bautizado como GNEX 01-13.
En él se desplegaron todo tipo de equipamientos, desde vehículos submarinos, aéreos no tripulados o helicópteros de la Flotilla de Aeronaves de hasta tres escuadrillas –concretamente los modelos AB-212, SH-60F o SH-60B–, y también se contó con el apoyo de la patrullera P-28 Tabarca o un dron del Ejército del Aire.
Este volumen de medios se trasladó a As Pontes por ser, defienden desde la Armada, "un entorno propicio para un adiestramiento exigente, al reunirse, en una única localización, varios escenarios".
Se refieren así a "un objeto complejo" como es la central térmica "cuyas dimensiones y peculiaridades la convierten en un objetivo difícil de acometer con sigilo y sorpresa", dicen. Y a esto se suma la orografía del terreno con "la presencia de ríos y afluentes", "elevaciones", "obstáculos artificiales" y "el propio lago" que "convierten los accesos en un reto que requiere el máximo estudio, detalle y control de los movimientos", añaden, avanzando más detalles sobre el trabajo realizado sobre cielo, agua y tierra en As Pontes.
Así el GNEX 01-23 incluyó ejercicios avanzados con helicóptero, empleando técnicas como "Fast Rope, rappel, manejo de camillas de evacuación de heridos, lanzamiento de paracaidistas, tiro de precisión, combate urbano, apertura de brechas", además de otros más específicos en agua "como buceo con equipos de circuito cerrado, salto al agua desde helicóptero y abordaje de buques".
"El ejercicio realizado en As Pontes consistió en una operación que simulaba un rescate de rehenes en la central térmica en el que se fueron inyectando incidencias a fin de dificultar la ejecución y fomentar la toma de decisiones", explican desde la Armada, indicando que este tipo de adiestramientos en zonas urbanizadas se realiza habitualmente "en campos construidos para tal efecto".
De esta manera, hacerlos tan reales les ayuda a "estar permanentemente preparados para operar en un ambiente incierto, volátil, impredecible, que en muchas ocasiones gira en torno a núcleos de población", explican. Y es que el objetivo final de estas maniobras es "comprobar e incrementar el nivel de adiestramiento de las unidades, sincronizando y coordinando los esfuerzos de todos los participantes tratando de ser cada día más eficaces y efectivos, para lo que es necesario adiestrarse en localizaciones y con objetivos desconocidos y cada vez más demandantes", concluyen.
