A Ponte de Outeiro honra al ministro Manuel Becerra con un monolito

El Concello de Castro de Rei organizó un acto para poner en valor el legado de este vecino, que promovió la abolición de la esclavitud, la educación para todos o la ampliación del sufragio
photo_camera Inauguración del monolito en A Ponte de Outeiro que recuerda a Manuel Becerra

"A ver se chegas a ministro, que tempos houbo nos que na Ponte de Outeiro naceu un ministro", recuerdan que decía, hace ya más de medio siglo, un vecino de esta localidad de Castro de Rei para animar a los más jóvenes a estudiar. Y ese ilustre vecino que llegó a ser ministro, ni más ni menos que en siete ocasiones, no fue otro que Manuel Becerra Bermúdez, homenajeado este viernes con la inauguración de un monolito.

Coincidiendo con la celebración del 200 aniversario de su nacimiento y tras aprobarse en pleno por unanimidad una proposición del PSOE para rendirle homenaje, tal y como recordó el alcalde de Castro de Rei, Franscisco Balado, ayer llegó el momento de materializar ese tributo. Y el lugar elegido para hacerlo, el área recreativa junto al Miño, es simbólico, ya que se dice que la desaparecida casa en la que Becerra vino al mundo un 20 de octubre de 1820 estaba a solo unos metros del monumento que hoy lo perpetúa.

El acto contó con la intervención de Manuel Vila y Xosé Antón Pombo, autores hace tres años de un libro sobre el propio Becerra y otro ilustre hijo de Ponte de Outeiro, el escritor Xosé Crecente Vega, y del poeta Xosé Otero Canto, también natural de la parroquia.

Vila destacó que a veces se buscan referentes en personas lejanas, cuando existe gente "decisiva", nacida "moi preto de nós". Definió a Becerra, de quien dijo que nunca olvidó sus raíces, como una pesona "moi respectada" y como un "adelantado ao seu tempo", que propuso ideas hoy vigentes, como la inclusión de la clase de educación física. Destacó también su lucha a favor de la enseñanza universal y gratuita en una época en la que el 90% de la población era analfabeta, sobre todo las mujeres, y su propósito de ampliar el sufragio, ya que solo podían votar algunos hombres.

Pombo hizo hincapié en la relevante obra que dejó escrita y que recoge su ideología. Y destacó las dos etapas vitales de una figura "interesantísima" de un siglo muy conflictivo. Una primera, hasta los años 60, en la que tiene un perfil más revolucionario, según recogen los escritos de sus compañeros, y una segunda en la que se convierte en "un home de estado" que buscaba siempre el diálogo y el acercamiento de posturas.

Por su parte, Otero Canto quiso destacar su labor como ministro de Ultramar y especialmente su arduo trabajo para lograr abolir la esclavitud.

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