Polense de cuna y corazón

José Ramón Ónega falleció víctima del covid, pero su recuerdo permanecerá en Pol, un "santuario" al que no dejó de profesarle su cariño

José Ramón Ónega, en la Festa ao Emigrante de Pol. AEP
photo_camera José Ramón Ónega, en la Festa ao Emigrante de Pol. AEP

Si había una persona con querencia por su tierra y sus gentes, ese era José Ramón Ónega López (Mosteiro, 8-3-1939/Madrid, 7-2-2021). El político y escritor tiene un su haber una dilatada y exitosa carrera profesional, en la que las responsabilidades nunca faltaron. Sobre todo, en aquella difícil época de los años 80 en la que fue gobernador civil de Vizcaya y uno nunca sabía cuando se iba a despertar con un nuevo y sanguinario crimen de Eta.

Pero José Ramón siempre tuvo la suerte de tener un refugio, un referente de calma y tranquilidad, de desconexión del mundo, un hogar al que volver, Pol. "Os emigrantes sentimos a nosa terra coma un santuario", aseguraba el propio José Ramón en una edición de la Festa ao Emigrante de Pol.

Recuerdan los que asistieron a muchos de sus "magníficos" discursos y conferencias que nunca faltaban referencias a su tierra, a sus raíces gallegas. Y no fallaba en su visita estival, a mayores de las que pudiese realizar por diferentes compromisos. Porque también dicen quienes lo trataban que siempre estaba dispuesto a colaborar. 

Y los ejemplos son múltiples, como allá por 1979, cuando intervino en la inauguración del campo de fútbol de Pol, por aquel entonces bautizado como O Aturuxo —hoy Manuel Luna—, en un mítico partido entre la SD Pol y el RC Deportivo de la Coruña. O en 2017, sumándose en el Val do Soños de Castro de Rei al homenaje al primer Marqués de Atalaya Bermeja, Domingo López de Carvajal, nacido en Duancos en 1697.

¿Y qué decir de los pregones? Pronunció el de la Festa dos Pepes de Vilalba (1995), la Semana Santa de Lugo (1998), las fiestas del Carmen de Ribadeo (2014), el Domund de Lugo (2018) y un largo etcétera, aunque sin duda será recordado por los leídos durante más de dos décadas en la fiesta de su casa, de su fiesta, la Festa ao Emigrante de Pol.

Fue en las simbólicas bodas de plata de la cita del 24 de agosto, en las que también se inauguró la estatua en honor al emigrante en la carballeira, cuando puso el broche de oro a esta tradición, dejando paso a las voces de otros que, como él, buscaron fortuna lejos de las raíces, pero con estas siempre presentes.

PERFIL. Una vida entre el periodismo y la política

Sus múltiples aportaciones para dar a conocer el municipio o los artículos que escribió, permanecen. ¿Qué otro concello puede presumir de contar con una singular y emblemática Galería de tipos históricos, populares, célebres, pintorescos, pícaros, excéntricos, píos, lúdicos, extravagantes, cachondos y entrañables de las tierras de Pol?

Personajes que ayudaron a dar forma a esa tierra a la que José Ramón le escribió poemas: "Tan lejana/Tan lenta./Tan soñada./ Mosteiro, inmóvil en la tarde/de crisoles frescos./Golpe sonoro/de un sueño cierto./Mosteiro, mi lecho,/Mosteiro,mi sangre./¡Mi pueblo, eco!." —fragmento final del poema ‘Mosteiro, eco’(‘Sol de poniente’, Huerga Fierro, 2004)—. Y en la que le gustaba estar.

José Ramón aprovechaba sus retornos para disfrutar de la lectura con vistas a su querida carballeira, recibir visitas, pasear y  conversar con este y aquella, disfrutar de una buena comida en Casa Horacio de Ribeira de Piquín... y para darle el último adiós a amigos y conocidos. Cuando le era posible, en persona, y si no, a través de una carta de condolencia como las muchas que ahora habrá recibido su familia ante la imposibilidad de darles el pésame en persona, por esa misma pandemia que se llevó al hijo predilecto de Pol, José Ramón Ónega López, a los 81 años.

"¿Quién nos puede asegurar que ahora, aquí, en este momento, San José María no está entre nosotros?", se preguntaba en el acto de homenaje a Díaz Sanjurjo, santo polense del que fue biógrado. Hoy, sus palabras se le podrían aplicar a él: "Estoy seguro que nos está escuchando, que está aquí a nuestro lado. No le vemos pero él nos escucha. Está aquí y ahora".

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