La nieve y el frío reducen al mínimo los mercados de Ribeiras de Lea y Guitiriz

"Na praza pódese bailar como queiras", bromeaba un guitiricense

Parte de los comerciantes que vieron afectados por las nevadas de este miércoles. CRISTINA PÉREZ
photo_camera Parte de los comerciantes que vieron afectados por las nevadas de este miércoles. CRISTINA PÉREZ

Las fuertes nevadas redujeron al mínimo la celebración de los tradicionales mercados de los miércoles en Castro de Ribeiras de Lea y en Guitiriz. "Na praza pódese bailar como queiras", bromeaba un guitiricense que se animó a acudir al mercado, dando cuenta del vacío en el Campo da Feira, normalmente lleno de puestos.

Hubo excepciones de alguna "valente" como Lina Álvarez, de Quesos Lina, que llegó a las diez de la mañana y estuvo "soa" buena parte de la jornada. Acude desde Rábade todos lo miércoles y el miércoles no fue distinto. Salió a las ocho de la mañana, pero la Guardia Civil no la dejó acceder a la autovía, por lo que se tomó un café y volvió a intentarlo en un rato. Llegó sin incidencias, aunque reconoce que lo peor fue acceder al pueblo desde la salida de la autovía. "Chegoume chegar aquí", dice, al tiempo que asegura que no le preocupa conducir con nieve, porque "ata a teño paleado para entrar na Fonsagrada". Y ofrece consejos útiles: "Conducindo con neve hai que ter moita precaución. Tes que controlar os outros coches, gardar unha boa distancia de seguridade e ter coidado cos freos".

También acudieron varios de los particulares que venden productos del campo, como Felicitas García, de Recimil, Élida Miragaya, de Mariz, y Manuel Castro, de Santa Mariña. Este último incluso tuvo un susto con el coche: "Cruceime co leiteiro, arrimei e tivéronme que vir sacar con outro coche. Ao final tiven que deixalo no camiño e ilo buscar despois, agora xa o teño aquí", explica.

"Tiñamos a verdura apañada" explica una de las compañeras para justificar su presencia, precisando que han sido pocos los compradores que se han atrevido a desafiar al frío y la nieve, pero aún así, "nós non nos aburrimos, falamos un pouco". Y fueron testigo de cómo los niños, liberados del colegio, hacían un muñeco de nieve en los jardines del Campo da Feira.

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