Los ocho miembros de la Policía Local de As Pontes se reparten el Gordo

Los afortunados descubrieron su suerte a última hora del día en un boleto compartido y sellado en el despacho de loterías La Bombonería
Adrián Vázquez, Alba Caneiro, Amparo Bocelo y Javier Vázquez celebran el premio. CRISTINA ARIAS
photo_camera Adrián Vázquez, Alba Caneiro, Amparo Bocelo y Javier Vázquez celebran el premio. CRISTINA ARIAS

El Gordo sonó en As Pontes y los afortundados fueron ocho miembros de la plantilla de la Policía Local. La suerte les llegó y los cogió de sorpresa.

"Nos dimos cuenta a las diez menos cuarto de la noche. Nos tocaran unos reintegros en Navidad y compramos dos décimos distintos. Teníamos una foto compartida en el grupo de WhastApp y ahí quedó la cosa hasta que uno fue a comprobar la lotería y vio que el Gordo lo teníamos nosotros", relataba a última hora del miércoles el responsable de la Policía Local pontesa, Anselmo Pellón.

La suerte también cogió desprevenidos a los responsables del despacho de loterías La Bombonería, que selló el boleto. En la televisión cantaban El Gordo de El Niño y, casi al mismo tiempo que leían en la pantalla el nombre de As Pontes al lado del número premiado, el 19.570, sonaba la primera de las muchas llamadas que colapsaron los teléfonos.

"Casi ni me diera tiempo a verlo y ya me llamaron de la tele. Cuando me lo dijeron, todavía había dudas de dónde se había repartido, me quedé pensando y le dije: no, no creo que seamos nosotros", explicaba aún con tantos nervios como falta de información Adrián Vázquez, la cara visible que reparte suerte en La Bombonería desde hace poco más de un año.

"Actualizaba el ordenador y no veía nada, no salía nada, hasta que de repente puso que éramos nosotros los que habíamos repartido el Gordo", relataba en los primeros minutos Adrián, aún a la espera de concretar cuantos décimos habían sido premiados.

La euforia se contagiaba. Él y su novia, Alba Caneiro, estaban juntos en la administración "casi haciendo el tiempo y esperando que acabara pronto para podernos ir a casa", reconocía Adrián, algo incrédulo ante el giro que había dado para ellos la mañana. Y a la que pronto se sumaron su padre, Javier Vázquez, equipado con su traje de ciclista y kilos de felicidad, y su madre, Amparo Bocelo, la dueña del negocio, pertrechada con el delantal con el que estaba trabajando a pocos pasos en el bar A Cepa, su otro negocio, y una emoción que lo traspasaba todo.

"Estamos muy felices. Empezamos el año con algo bueno, al menos repartimos un poco de alegría después de tantos problemas", explicó la responsable del negocio. Hasta hace poco —el 11 del 11 del año 2019 decidió comprar La Bombonería— era ella la que llevaba al despacho de loterías, ubicado en la Praza do Hospital de As Pontes, no solo los cafés, sino también el champán cuando había algo que celebrar. Y este miércoles lo volvió a llevar, pero para levantar ella la copa.

"Es un décimo", dijo Adrián cuando al final consiguió confirmar lo que habían repartido. "Es uno, pero los 200.000 euros que vienen con él, aquí no estaban", dijo con la misma sonrisa. "Siempre tienes la ilusión de repartirlo, pero nunca cuentas", reconocía, al mismo tiempo que colocaba los carteles que confirmaban su premio. "Es bonito el número. Todos son bonitos cuando tocan", reflexionó en voz alta.

A lo largo de la mañana, en una celebración bañada por el tradicional champán de estos momentos y los freixós que Amparo apuraba desde el bar, se fueron acumulando las enhorabuenas y los buenos deseos, las felicitaciones y la pregunta estrella: ¿Quién será el afortunado? Se hicieron las primeras cábalas y por la localidad empezaron a correr los primeros nombres e incluso una patrulla de la Policía Local paró a darles la enhorabuena, sin saber que eran ellos los afortunados.

"En el sorteo de Navidad vendimos 15 décimos con el número posterior al Gordo, acababa en ocho, ya nos estábamos acercando", bromeó Adrián, mientras aludió a un año complicado en el que, pese a todo, mantuvieron las ventas.

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