Megaro Foods exporta carne halal a Asia, los países árabes y el Caribe

El 95% del mercado de la firma catalana son grandes distribuidoras de estas zonas
Trabajadores de Megaro Foods en la sala de despiece, con halal. C. PÉREZ
photo_camera Trabajadores de Megaro Foods en la sala de despiece, con halal. C. PÉREZ

"El día que trabajamos halal, solo se hace eso" explica Lourdes Saenz, responsable de calidad de Megaro Foods, dando cuenta de una de las muchas razones por la que compradores internacionales escogen esta firma de origen catalán como proveedora de una carne que cumple con los requisitos de la religión musulmana. Y así, desde el polígono de Castro de Ribeiras de Lea exportan con regularidad a Asia, su mayor mercado, a diversos países árabes o al Caribe. En conjunto, estas zonas suponen el 95% de su mercado de halal, mientras que el resto se distribuye en Europa.

Saenz aclara que a veces, por la demanda, no es posible ese grado exclusividad en el tratamiento de la carne y se hace necesario procesar halal y no halal en una misma jornada. En ese caso, se intenta empezar siempre por la primera o se higieniza todo al máximo. Y todo ello después del primer paso, la recepción del producto procedente de los mataderos suministradores de Madrid o Asturias, principalmente -en Galicia apenas se sacrifica siguiendo el rito halal-, examinando que su etiquetado sea el correcto.

En las instalaciones de Castro se trabaja solo con canales de ovino, caprino y vacuno

En el muelle de recepción, dotado con grúas para manipular los canales, y a través de un proceso informatizado, se registra y etiqueta con un código cada pieza para garantizar su trazabilidad. En la planta solo entra carne de ovino, caprino y vacuno, ya que para ofrecer aún más garantías, no se trabaja ni con carne de ave ni de cerdo.

Las instalaciones de Castro cuenta con tres cámaras de almacenaje y una sala de despiece y otra de deshuesado, en las que se procesa y clasifica la carne para luego envasarla al vacío, un sistema que no es obligCapturaatorio, pero que facilita su manejo, según precisan desde Megaro Foods.

Cada pieza se identifica individualmente y se congela en un túnel a 30 grados bajo cero, donde debe permanecer un mínimo de 40 horas. Cuando se les da salida, se almacenan en palés, un sistema que se sigue también con otros productos, como los pulmones, que se adquieren ya congelados, pues en las instalaciones de Castro no se procesan vísceras.

Al trabajar solo grandes empresas distribuidoras, la carne, tanto la halal como el resto, se comercializa por piezas o canales enteros. Así, Saenz destaca cómo su producto estrella es la canal entera de ovino, cortada en seis trozos. No se requieren otros procesos, como podría ser el fileteado, por ejemplo, al no ir destinada a supermercados.

Para exportar, lo habitual es darle salida a contenedores de barco completos, con capacidad para almacenar unos 24.000 kilos. El año pasado sacaban unos cuatro contenedores por semana, pero ahora, según detalla Lourdes Saenz, la producción ha mermado, tanto por la situación "rara" del mercado como por los efectos del coronavirus, que ha incrementado los costes y reducido las exportaciones al circular menos barcos y extremarse los controles.