Luis Barrio: "A las mujeres les cuesta más venir a la asociación y los maridos no las apoyan, ellas sí"

Acaba de asumir la presidencia de Axúdate tras décadas en la lucha para ayudar a los alcohólicos a rehabilitarse y lo tiene claro: "Hay que seguir trabajando porque el problema no va a menos". Y anima al que esté dudando en ir para que pruebe porque "funciona"

Luis Barrio, presidente de Axúdate, la asociación de alcohólicos rehabilitados de Vilalba. C.ARIAS
photo_camera Luis Barrio, presidente de Axúdate, la asociación de alcohólicos rehabilitados de Vilalba. C.ARIAS

Hace dos meses asumió la presidencia de la asociación de alcohólicos rehabilitados Axúdate de Vilalba tras la dimisión «por motivos de trabajo» de Alfonso Díaz. Comparte directiva con Amador  Bañobre (vicepresidente), Loli García (secretaria), Marcial Corral (tesorero) y Rosario y Julio  Romero, como vocales.

¿Qué supone ser el presidente?
Mucho trabajo para intentar hacer las cosas bien. La directiva se reúne una vez al mes para  consultar las cosas con los profesionales y tomar decisiones importantes.

¿Es una responsabilidad?
Sí, hay que tomar decisiones difíciles a veces y hablar con el Concello para coordinarnos con los  servicios sociales municipales.

Acaban de celebrar las sextas jornadas. ¿Qué se pretende?
Reunir a las asociaciones y hablar entre todos. Buscar puntos en común y seguir concienciando. Hubo varias ponencias.

¿Qué le pareció lo más importante?

Las ponencias de los enfermos. Ver a alguien explicando su vida alcohólica a un público emociona y ves que algo estás haciendo. Sientes orgullo, es muy sano.

Axúdate se fundó hace cuatro años. ¿Cuál es el balance?
Es positivo, por el número de gente recuperada y por el servicio que se presta. Tenemos 93 fichas, pero trajimos muchas de As Pontes, de Adiante, donde empezamos muchos con Requeté. Él  siempre lo tuvo claro, que había que hacer una asociación en Vilalba. Y para nosotros supuso mucho. Te ahorras un viaje. Aunque la gente es un poco reacia.

¿Sigue habiendo mucho tabú?
Mucho. A la gente le da vergüenza. Todos saben bien donde está la asociación —tienen un local en el edificio del mercado municipal—, pero dar el paso es difícil.

¿Le sorprende?
No, porque recuerdo lo mucho que tuvo que luchar Requeté conmigo para que diera el paso, y yo estaba muy perdido. Te sacan lo que más te gusta. Yo no tenía vergüenza de ir, pero no quería  dejarlo.

¿Cuánta gente hay en terapia?
Somos entre doce y 17. En los útimos meses entraron cuatro y estamos pendientes de otro. 

¿Qué personal hay?
Estamos nosotros, la mujer de un enfermo en la oficina y un psicólogo que viene todas las semanas.

¿Cómo influye la familia?
Su papel es muy importante, si colabora es mucho más fácil. Si no, no sabes como atajar el problema. A veces te parece que alguien pide ayuda, pero cuando está bien no sabes cómo va a responder.

¿Hay más casos de alcoholismo ahora o menos?
Va a más, como los problemas con las drogas. Hay bastante alcohólico no reconocido. Hay más fuera que dentro de la asociación.

¿Qué falla?
Explicado está. Hacemos muchas cosas pero quizás aún falta más concienciación. Tuvimos una charla hace poco de transplantes con personas de la Asociación Airiños y vino mucha gente. Pero asisten y no se involucran. Y en los casos de la juventud muchas veces lo que falla es la familia. Ves a chavales de 14 o 15 años que no podían estar en un bar a esas horas. Beben más alcohol ellos en una noche que lo que bebíamos nosotros en toda la semana.

¿Cuál es el perfil de la gente que va a Axúdate? ¿Hay más jóvenes?
La mayoría es gente de 30 y pico años para arriba, pero va bajando la media de edad. Tuvimos a alguno de 24.

¿Y en cuanto a sexos?
Hay más hombres, pero entran cada vez más mujeres. Ahora hay seis en terapia. A las mujeres les cuesta más y los maridos apoyan menos, no aparecen por la asociación, cuando en el caso  contrario la mujer va, se preocupa y apoya. 

¿Un alcohólico deja de serlo?
Un alcohólico se rehabilita, pero sigue siéndolo toda la vida. Si pruebas una gota, vuelves a caer. 

¿Se juzga mucho o se entiende el alcoholismo como enfermedad?
Hay bastante gente, diría que un 60% no lo comprende, que lo ve como un vicio. Y el otro 40% sí que lo entiende como la enfermedad que es. Es difícil cambiar la idea, aunque se va juzgando un poco menos. Y yo siempre pongo el mismo caso. Es una enfermedad, como si tuvieras diabetes, que no puedes tomar azúcar. El alcohólico no puede beber alcohol.

¿Cuál es el reto?
El sueño sería recuperar a los máximos posibles y conseguir más apoyos para hacer más cosas. El Concello nos da una subvención y algunos socios aportan fondos. No tenemos más financiación.

¿Qué le diría al que está dudando de ir a la asociación?
Que venga a probar un día a una terapia, si quiere solo a escuchar. Le diría que funciona y que si no quiere seguir, no pasa nada, pero el primero que tiene que reconocer el problema eres tú.

"Acabo de cumplir 20 años sin beber y nunca llevé una etiqueta, no me da vergüenza"
¿Cuántos años lleva rehabilitado? 
Acabo de cumplir 20 años. 
¿Uno sigue teniendo miedo tanto tiempo después de vovler a caer? 
Uno sigue teniendo precaución a las recaídas, miedo no. El alcohol está en todos los sitios. Está socializado y bien visto. 
¿Uno nunca se quita la etiqueta? 
Yo nunca llevé etiqueta. Yo se lo digo a cualquiera, lo hablo con naturalidad, no me da vergüenza ninguna.
Está jubilado desde hace años. ¿Dónde trabajaba?
Trabajaba para el Concello. Los últimos años estaba con el mantenimiento del campo de fútbol de A Magdalena. 
¿El fútbol es su mayor afición?
Llevo 30 años en el Rácing Vilalbés. En el año 98 entré como colaborador. Ahora llevo la lotería del club y soy delegado de los juveniles A, que viven un muy buen momento deprotivo. 
¿Llegó a jugar en el Rácing?
No, jugué en el San Antonio, que eran los juveniles de Vilalba en mi época.
¿Qué es lo que más le gusta de ser delegado? 
Me gusta mucho estar con los chavales, voy a los viajes con ellos.
¿Es de los que sufre mucho en el campo?
Mucho, con los juveniles sobre todo. Pero sufro para adentro, no soy de los que grito. Si le tengo que decir algo al árbitro se lo digo luego en el vestuario.
¿Cómo vive el posible ascenso del Rácing?
Bien, ojalá que suba, pero va a ser difícil. 
¿Un lugar de Vilalba para pasear en calma?
El paseo de A Magdalena. Le cogí cariño después de tantos años. 

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