Los 30 caminos de 'El Maño'

Las piernas de Ángel Campos, vilalbés de adopción, acumulan más de 4.000 kilómetros por distintas vías del Camino de Santiago, el cual, asegura, "engancha" ► Tanto es así que esta semana iniciará la ruta que supondrá su trigésima Compostelana ► Y seguirá sumando hasta que las fuerzas se lo permitan

Ángel Campos junto a la pareja que conoció en su vigésimo octavo Camino. EP
photo_camera Ángel Campos junto a la pareja que conoció en su vigésimo octavo Camino. EP

"HASTA LA fecha de la vigésima novena Compostelana, llevo recorridos 4.346 kilómetros. Lo mismo que ir andando hasta Finlandia en 142 días a 31 kilómetros diarios", asegura Ángel Campos, El Maño, turolense de nacimiento, vilalbés de adopción y, sobre todo, un apasionado por el Camino de Santiago y todo el halo de compañerismo, espiritualidad y superación personal que lo envuelve.

Pese a sobrepasar con creces la veintena de veces que realizó la ruta jacobea desde distintos puntos, El Maño, como lo conocen en la capital chairega –o incluso Mañoman, en referencia a la terminación del nombre de muchos superhéroes–, no se cansa. "Cada vez que lo haces es distinto, por mil circunstancias", asegura. Por ello, ya tiene fijada en el calendario una nueva fecha, en la que iniciará la que será su trigésima Compostelana. Este viernes, día 18, una vez que salga de trabajar a las 14.30 horas, cogerá de nuevo su mochila y partirá desde Vilalba hasta la Praza do Obradoiro, una meta que espera alcanzar en cuatro jornadas.

Sobre sus hombros y sus pies lleva el peso no solo de sus pertenencias, sino de decenas de experiencias y caras de otros peregrinos que no olvida. Algunos se han convertido gracias a coincidir en el Camino en casi uno más de la familia. "Hay cosas que igual no saben en el pueblo o que no has contado a gente cercana o conocida, pero que sí hablas con personas que encuentras en el Camino. Te abres de una forma que igual en otras circunstancias no harías", explica Campos.

Siempre llevo tres o cuatro medallas de la Virgen del Pilar de Zaragoza. Cuando encuentro alguna persona que me llega al corazón, le regalo una

Y salen a relucir historias de todo tipo. Algunas duras, otras de superación, varias con final feliz. Para ellas, El Maño cuenta con un pequeño reconocimiento. "Siempre llevo tres o cuatro medallas de la Virgen del Pilar de Zaragoza. Cuando encuentro alguna persona que me llega al corazón, le regalo una", explica, al tiempo que insiste en que "esto es lo bonito del Camino, esas anécdotas e historias que quedan".

Todas ellas, así como sus impresiones y una especie de diario de viaje con fechas, kilómetros y etapas, las va anotando en una libreta. "Luego las paso a ordenador y deben ir 170 y pico folios", cuenta Ángel, mientras quizás piensa en la posibilidad de que sus vivencias vean la luz en un futuro y pueda compartirlas con todos.

LOS INICIOS. El debut de El Maño en el Camino de Santiago fue en 1993, en Año Santo, saliendo desde O Cebreiro para hacer el trazado francés. "Fue una experiencia bonita, pero hasta el 2004 no volví", relata, aunque parezca extraño. Su reencuentro con el peregrinaje fue con un primo de su mujer y desde ahí empezó a hacerlo "todos los años una vez". "Y yo me envicié. Es el mono del Camino. Es como cuando vas al gimnasio o a correr. Cuando llevas un tiempo sin ir, ya te llama. Con el Camino me pasa así y, cuando veo a un peregrino, ya me dan ganas de ir con él", asegura entre risas.

Desde entonces, ha completado otras 27 veces el Camino, de las que doce fueron en los tres últimos años, siendo el Camino Norte la ruta más repetida, en 14 ocasiones. Muchas de ellas, las hizo en solitario. "Al principio te da cosa ir tú solo, pero realmente nunca vas solo, siempre encuentras gente", afirma Campos, y recuerda a sus últimos acompañantes, una pareja formada por un costarricense y una alemana con la que hizo buenas migas.

Las motivaciones a la hora de salir a peregrinar, casi siempre son por el simple hecho de andar y hacer deporte, pero también tiene su parte espiritual, de reflexión

Si se le pregunta por las amistades que forjó a lo largo de tantos kilómetros, le cuesta centrarse. "Son tantos nombres..." Pero con muchos tiene contacto habitual –una joven coreana incluso vino a visitarlo a Vilalba recientemente–, algo que es ahora más fácil que antes gracias a las nuevas tecnologías.

Las motivaciones a la hora de salir a peregrinar, casi siempre son por el simple hecho de andar y hacer deporte, pero también tiene su parte "espiritual, de reflexión". Así, muchas veces hizo el Camino por alguien. "Por mi amigo Marcelino, que falleció, por un amigo que tenía cáncer y salió bien, por la madre de una amiga mía, por mis padres, mis padrinos... Lo cierto es que así es más emotivo", dice Campos, mientras deja entrever un espíritu solidario que ya salió a relucir en otras ocasiones, como cuando dio más de 880 vueltas a la Torre dos Andrade en 2014 para recaudar fondos para la esclerosis múltiple o cuando fue andando en 2013 de Vilalba a Lugo, dio una vuelta a la muralla y regresó, completando 79 kilómetros, uno por cada víctima del accidente ferroviario de Angrois.

Para El Maño el Camino es tranquilidad, paz, alegría y superación

Le resulta difícil elegir una ruta del Camino, porque "todas son bonitas" -pese a que no le gustan las nuevas variantes que se abrieron-, aunque apunta que tiene ganas de volver a hacer el Portugés. Aún así, su gran anhelo es llegar a Santiago partiendo desde Irún, algo que calcula le llevaría alrededor de un mes.

Y es que asegura que seguirá incrementando su lista de Compostelanas "hasta que las fuerzas me lo permitan o me vaya para el otro barrio", dice con humor El Maño, para quien el Camino es "tranquilidad, paz, alegría y superación". "El Camino engancha. La mayoría de la gente que lo hace, repite". Y él es una gran prueba de ello.

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