Indra inicia en Rozas las pruebas de simulación de vuelo del Targus

Los tests servirán para probar los sistemas de control, navegación y misión de avión

Equipo que trabaja en el desarrollo el Targus.EP
photo_camera Equipo que trabaja en el desarrollo el Targus.EP

CASTRO DE REI. La multinacional Indra, socia comercial de la Xunta, junto a Babcock, en la Civil UAVs Initiative, inicia en el Centro de Investigación Aeroportada de Rozas (Ciar) del Inta las pruebas de simulación de vuelo de su apuesta más ambiciosa, el avión opcionalmente tripulado Targus.

Indra y Gaerum, su socio principal en el desarrollo de esta aeronave, realizarán en las instalaciones de Castro de Rei las simulaciones de vuelo para validar «el diseño de los sistemas críticos» del Targus. Así, se comprobará el comportamiento del sistema de control de vuelo, el de navegación y el de misión, «todos ellos componentes que juegan un papel fundamental para la seguridad y la operatividad de la aeronave».

La compañía precisa que usarán para ello una metodología conocida como Software-In-the-Loop/Hardware-In-the-Loop, que permiten operar como si la aeronave realmente estuviese en el aire. De esta forma analizará «el comportamiento de los sistemas electrónicos en un entorno dotado de total realismo, ya que los datos con los que se alimentan estos componentes han sido recogidos en vuelos reales y replican perfectamente las situaciones a las que se enfrentarán cuando operen de forma real». De hecho, según avanzan desde Indra, las horas de simulación podrán contabilizarse después como horas de vuelo real, «una vez que se acredite con un ensayo en vuelo la correlación entre el comportamiento del sistema en el simulador y en el aire».

Estos estudios reducen costes y riesgos cuando haya que probar en el aire este avión de 1.250 kilos de ocupación opcional

Con estos test se da continuidad a las pruebas ya realizadas en el laboratorio y se validan decisiones de diseño antes de pasar a la fase de ensayos reales de vuelo, reduciendo costes y minimizando riesgos, según precisan desde Indra. Paralelamente, se trabaja en la integración de los equipos de tierra, desde donde se opera la aeronave y se recogen los datos e imágenes que esta capta.

Todas estas pruebas son necesarias par obtener las certificación de vuelo por parte de las autoridades, «un proceso complejo, exigente y totalmente inédito» teniendo en cuenta las particularidades del Targus, de 1.250 kilogramos y once metros de envergadura.

La idea es que este avión, cuyo diseño parte del MRI -usado en la patrulla marítima, equipado con radar y cámara-, pueda operar con piloto y sin él, lo que facilitaría los desplazamientos a las zonas donde pueda usarse sin tripulación. Se equipará «con la tecnología más avanzada» para labores de vigilancia marítima o forestal, salvamento y rescate, lucha contra el fuego o control de usos del suelo o del patrimonio.

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