Indra completa con éxito las pruebas de vuelo del pionero Targus en Rozas

La estación de control de tierra tomó el mando del OPV, de 1,25 toneladas, tras el despegue
El conselleiro de Industria, junto al Targus en junio. VICTORIA RODRÍGUEZ.
photo_camera El conselleiro de Industria pudo conocer los avances del Targus en una visita a Rozas en junio. VICTORIA RODRÍGUEZ.

El piloto realiza la maniobra de despegue y, a partir de ese momento, todos los sistemas y sensores del avión pasan a ser controlados desde tierra. Como si volara solo, sin nadie en la cabina. Ese es el "hito" que acaban de lograr Indra y Gaerum con las pruebas en el aeródromo de Rozas, en Castro de Rei, del avión opcionalmente tripulado (OPV) Targus, desarrollado en el marco de la Civil UAV's Initiative.

El primer vuelo experimental se realizaba el 24 de junio y a partir de ahí se inició una serie de pruebas desarrolladas durante dos semanas, calificadas por Indra como un "éxito", especialmente por su carácter "pionero" en España. "Ningún otro UAV de nuevo desarrollo había obtenido antes permiso para realizar unos vuelos como estos, lo que marca un hito para la aviación española y supone un paso adelante para el desarrollo de este sector", precisan desde la multinacional, que en su acuerdo como socia de la Xunta se planteaba la adaptación de una nave convencional a otra con autonomía de vuelo, que ofreciese la posibilidad de volar con o sin piloto.

El resultado de años de desarrollo es el Targus, un dron de 1,25 toneladas de peso y once metros de envergadura, en el que el piloto de pruebas solo se responsabilizó de despegar y aterrizar -no está permitido que opere sin piloto-, mientras que, una vez en el aire, los ingenieros de Indra y Gaerum verificaron desde tierra que todo funcionaba "correctamente".

Esta batería de test se ha desarrollado en el espacio aéreo no segregado de la zona del aeródromo de Rozas, bajo las condiciones de vuelo aprobadas por la Agencia Europea para Seguridad Aérea (EASA) y con el permiso de vuelo emitido por la Agencia Estatal de la Seguridad Aérea (AESA) española, que autoriza su experimentación. Además, se estableció un protocolo especial de comunicación con el control aéreo del aeropuerto de Santiago de Compostela.

"Indra completa en plazo uno de los hitos más complejos y exigentes de la Civil UAVs Initiative, situando a Galicia a la cabeza en el desarrollo de drones en Europa", destacan desde la compañía, incidiendo en que solo obtener la aprobación de EASA para un OPV ya es un "éxito de gran importancia, ya que se trata de un proceso que nunca antes se había llevado a cabo y que aporta una experiencia y ventaja competitiva de cara al futuro".

Desde la multinacional inciden también en la "gran ventaja operativa" que supone poder sobrevolar zonas urbanas o aterrizar en aeropuertos sin restricciones, de forma tripulada, y volar sin piloto al llegar a la zona de operaciones. Su idea es completar este mismo año el desarrollo del Targus, que sería útil para "realizar misiones de vigilancia y salvamento marítimo, control de caladeros, protección medioambiental, detección de vertidos en el mar, control del uso del suelo, del patrimonio y apoyo en la lucha contra el fuego".

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